EQUO Sevilla, reafirmando su compromiso por un urbanismo sostenible, exige un cambio absoluto en las políticas erróneas de Juan Ignacio Zoido y anular las propuestas del PGOU.
La política urbana que está dirigiendo Vilchez, llevan a tomar decisiones que van en la dirección opuesta al consenso europeo de ciudades sostenibles manifestados en las Cartas de Aalborg (1994) y Leipzig (2007).
En este sentido, criticamos las políticas sin vocación metropolitana de Juan Ignacio Zoido que se ha limitado, entre otros proyectos a la derogación del plan centro, la construcción sin consulta ciudadana de un edificio simbólico como es la antigua comisaria de la Gavidia, la propuesta de los aparcamientos rotarios, el incumplimiento del POTAUS y del PGOU, al no priorizar el transporte público al privado, así como la subida incontrolable de las tarifas de Sevici y TUSSAM.
El primer proyecto de Juan Ignacio Zoido, al inutilizar las cámaras que grababan las matrículas de los vehículos que accedían al centro, tenían por función facilitar el acceso de los residentes y limitar el tiempo de estancia de los visitantes. Una de las medidas de Smart cities que ya teníamos, con una inversión pública ya realizada, y que fue inutilizada.
Otra de las erróneas decisiones tomadas por el alcalde fue desviar los presupuestos aprobados y comprometidos para planes de mejora de los barrios más vulnerables de la ciudad, así como la construcción de una autovía de circunvalación innecesaria, la SE-35, que invade el parque del Tamarguillo, financiado con fondos europeos.
En lugar de ir en la dirección de la carta de Leipzig, que marca como objetivo estratégico la inversión en la mejora de barrios y en la cohesión social como principal factor de sostenibilidad urbana, el equipo de Vílchez va en dirección opuesta. Y en lugar de revisar el planeamiento, expansivo, sobre dimensionado por el contexto de creación de la burbuja inmobiliaria, apuesta con esta infraestructura por el desarrollo urbanístico de la ciudad a costa de las mejores huertas productivas con las que cuenta todavía Sevilla. En lugar de proteger nuestros paisajes agrícolas y favorecer su productividad, apostando por los mercados de proximidad, como hacen las ciudades inteligentes de Norteamérica y Europa, nuestro alcalde sigue apostando por reactivar, contra todo pronóstico, la burbuja inmobiliaria, favoreciendo los intereses de los grandes propietarios de suelo en lugar de los de los vecinos de los barrios desfavorecidos que ya existen. ¿Nos acercan estas medidas a hacer de Sevilla una referencia de ciudad inteligente?
Igualmente para EQUO Sevilla la ampliación de las líneas 2, 3 y 4 del Metro de Sevilla no es viable y la cuestión no resulta baladí.
La red de metro propuesta, por el equipo de gobierno de Juan Ignacio Zoido, se desarrolla sólo en la ciudad de Sevilla ignorando la zona metropolitana y no incluye las plataformas reservadas para la conexión con Aljarafe Norte, como es la estación Plaza de Armas y las y otra como son otras estaciones como de Santa Justa y El Prado.
La estafa a la ciudadanía es obvia pues un tema de calado como es el Metro sigue siendo por decreto y no participativa. El debate con la ciudadanía debería ser determinante sobre un metro subterráneo y otro superficial, puesto que la viabilidad, los plazos, costes e integración urbana deben ir a la par de mejorar la economía de la ciudad.
La necesidad de un transporte sostenible que cumpla con creces el objetivo de incrementar la comodidad y los derechos de movilidad de los ciudadanos, es evidente y por ello EQUO Sevilla propone una mayor coherencia con políticas de habitabilidad urbana, procesos de peatonalización, aumento de la red ciclista e integración con la ciudad de Sevilla.
La viabilidad económica de un proyecto de metro superficial, formula un uso eficiente de los recursos públicos, pudiendo bajar los costes hasta 10 veces. Incluso con los nuevos horizontes que plantea el proyecto de Equo Sevilla, los plazos se cumplirían en 2019 y no en 2030 como el plan del ayuntamiento programa.
EQUO Sevilla recuerda también que la apuesta por la movilidad sostenible puede ser una fuente de generación de empleo, con el fomento del transporte colectivo.