Construir mayoría social. Reiniciar la democracia. Gestionar la salida de la crisis.

Esteban de Manuel (coportavoz de Equo Andalucía)
www.estebandemanueljerez.wordpress.com/

Lo que voy a escribir parte del hecho, cada vez más compartido, de que vivimos circunstancias excepcionales que requieren respuestas a la altura de las mismas y, por tanto, innovadoras y audaces. La crisis de confianza en las instituciones no se puede obviar como están haciendo los dos partidos mayoritarios, principales responsables de la misma. Y la crisis económica no puede seguir gestionándose contra la gente y a favor de los mercados financieros sin llevar el sufrimiento y la ira social hasta límites insostenibles y de consecuencias imprevisibles.

Si compartimos la premisa anterior, y por tanto la imperiosa necesidad de revertir esta situación que aparece bloqueada por la actual composición del parlamento, con dos partidos mayoritarios que siguen escenificando el falso juego de que representan a la mayoría de la sociedad, y que sólo conciben el futuro como una continuidad de las políticas que nos han traído la crisis actual, la cuestión a resolver es cómo construir una mayoría social capaz de tomar democráticamente el poder para regenerar la democracia y hacer una gestión de la crisis a favor de la gente y buscando el equilibrio perdido con la naturaleza. Las encuestas nos dicen que 3 que 4 de ciudadanos consideran que el parlamento no representa a la mayoría de la ciudadanía. Y esto requiere una respuesta por parte de la ciudadanía y de las organizaciones políticas porque es insostenible. No se puede mirar para otro lado. Ninguna fuerza política presente en el parlamento puede por sí sola aspirar a tener una mayoría suficiente para realizar esta tarea en el corto plazo de que disponemos. Ni es el camino. Porque una transformación de este tipo requiere un consenso en dos cuestiones fundamentales. La primera en cómo organizar la democracia para que el poder resida en la ciudadanía y no en los mercados financieros y sus entidades colaboradoras (FMI, BCE, UE). La segunda, en cómo gestionar la crisis para establecer las bases de un nuevo pacto social y una nueva economía al servicio de la sociedad y en equilibrio con la naturaleza. Esto es una tarea constituyente y por tanto su sujeto social debe ser la mayoría de la sociedad, no un partido que aspire a ser mayoritario. Es preciso llegar a acuerdos entre diversas ideologías y no tratar de imponerlo desde un bloque ideológico.

Asistimos a movimientos de dos tipos para dar respuesta a la situación y entiendo que va a ser necesario que confluyan en una sola iniciativa aglutinadora. Por una parte, están los movimientos sociales encabezados por el 15M y las mareas ciudadanas confluyentes. Por otra los movimientos de partidos políticos que promueven un Frente Amplio de izquierdas.

Los primeros, tras una etapa inicial en la que no querían saber nada ni de partidos políticos ni de sindicatos tradicionales, se están abriendo a la necesidad de sumar al movimiento a las organizaciones políticas, sociales y sindicales. La confluencia en la manifestación convocada para el 23F por la Marea Ciudadana y apoyada por la Cumbre Social compuesta por los sindicatos mayoritarios y partidos políticos como Equo e Izquierda Anticapitalista, es un paso en esa dirección. Pero hay que articular la continuidad de este movimiento y articularlo para conformar una mayoría social que solicite la dimisión del gobierno, la reforma de la Ley Electoral y la convocatoria de elecciones para un parlamento constituyente y que ponga los cimientos de las políticas que nos sacarán de la crisis, sobre las que hay un gran consenso, como se desprende de los diversos decálogos elaborados por el Foro Cívico, El Bloque Crítico, el manifiesto Reinicia la democracia de Equo y el de las grandes ONGs Intermond Oxfam, Green Peace y Amnistía Internacional.

Los segundos se debaten en cómo poner en marcha una Syriza española y sobre qué lugar debe ocupar en la misma Izquierda Unida. Esta última dice que ya existe la Syriza española y que es Izquierda Unida. Si están en lo cierto estaremos de acuerdo en que es un proyecto que ni ha conseguido ni se vislumbra que pueda conseguir ser una mayoría social. Quienes piensan que no existe la Syriza española deben comprender que crear un proyecto político entre el  PSOE e IU de unidad entre nacionalistas, ecologistas y la parte de la izquierda que no se siente representada ni por PSOE ni por IU, como es el caso de   Espacio Plural, que se reúne en Sevilla el 23F,  siendo un proyecto legítimo y con espacio, tampoco es capaz de articular una mayoría social capaz de llegar al gobierno e iniciar un proceso constituyente. Ni siquiera una hipotética convergencia de ambos proyectos en un Frente Amplio de Izquierdas (a la izquierda del PSOE) puede aspirar hoy a lograr esa necesaria mayoría social. Por tanto, en mi opinión, estos movimientos sólo serán útiles si tienen capacidad de ser un paso en la construcción de esa mayoría social.

Tras asistir al decepcionante Debate sobre el Estado de la Nación en el que, salvo honrosas excepciones como la intervención de Baldoví con sus cuatro sobres, tres llenos de indignación ciudadana y un cuarto lleno de alternativas, en el que hemos sido indignados espectadores de una estéril y vergonzante pugna de “y tú más” entre los líderes de los dos partidos mayoritarios, se hace necesario pensar en cómo organizamos el día después del 23F.

Sólo la convergencia de la iniciativa de los movimientos sociales y las organizaciones sociales y políticas, en un proyecto de iniciativa ciudadana, liderado por la iniciativa ciudadana, tendrá capacidad hoy de aglutinar esa mayoría social. Sólo el liderazgo de la iniciativa social, abierto a los partidos políticos y organizaciones sindicales, buscando la unidad desde la base, con un sistema de garantías que permita vincular de forma permanente a representantes y representados, que permita construir el programa y las candidaturas de forma abierta y participativa, podrá conseguirlo. Sólo una organización así, de unidad en la diversidad, respetando la autonomía de quiénes decidan sumarse a ella, desde el compromiso por asumir y llevar a efecto lo acordado de forma deliberativa y consensuada, será posible crear el sujeto social capaz de iniciar ese proceso constituyente, esa nueva y más profunda transición, económica, política, social y ambiental que necesitamos para recuperar la confianza en nuestro futuro. Y para que ello sea posible sólo necesitamos tres condiciones: desearlo firmemente como necesario, creer que es posible y ponernos manos a la obra de forma perseverante, construyendo lazos de confianza dónde abunda la desconfianza. Lazos de cooperación dónde abunda la competencia entre iniciativas y organizaciones. Ahí está el reto.

Los contenidos que publica esta página son opiniones personales y no reflejan la posición oficial de EQUO Sevilla en ningún tema tratado.

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