Privatizando el agua, hipotecando el futuro

Las privatizaciones han sido en todas las administraciones públicas unas políticas en las que se ha favorecido a ciertas empresas afines al partido gobernante. Siempre que se privatiza algo una empresa privada presta un servicio pero con el único objetivo de ganar dinero. Podemos ver que “adelgazando el sector público” y pasando servicios a empresas privadas no se consigue ni sanear la economía de un país, ni mejorar el servicio.

Pero privatizar el agua no es un caso más, pues el agua es un bien público, al que debe tener acceso todo el mundo en las mejores condiciones posibles de calidad y pagando sólo lo justo para cubrir el servicio.

Cuando la gestión del agua se hace desde un organismo público con empleados públicos, las personas pagamos unas tasas que garantizan este servicio, dan empleo a varias personas y no se genera ningún beneficio económico. Cuando la gestión del agua se privatiza, las empresas tienen un solo objetivo que es obtener beneficios. Esto se ha hecho en Priego mediante una empresa mixta (51 % el ayuntamiento, 49% Aqualia, empresa del grupo Fomento y Contratas SA).

El gobierno municipal estaba gobernado en minoría por el PSOE, pero en todo tenía el apoyo ciego e incondicional de un concejal de IU. Cuando se propuso la creación de la empresa mixta los concejales del PP estuvieron totalmente de acuerdo, sin embargo el PA se oponía frontalmente y nos avisaba a los ciudadanos de lo que se nos venía encima.

Sin entrar en muchos detalles hay que decir que la empresa aportó un capital inicial de cuatro millones de euros que parecía que era un donativo, pero en realidad era un préstamo que hay que devolvérselo con un 5% de interés en 27 años. Por otro lado está un 4% de la facturación que también va a Aqualia en concepto de HOW TO KNOW (Saber hacer). También tenemos la prestación de servicios y la nómina del gerente. Con todo esto la empresa Aqualia se llevó el 36% de la facturación en el 2011. Lo que quiere decir que con la misma gestión, que por cierto es mejorable, la factura podría ser un 36 % menor si estuviera gestionado directamente desde el ayuntamiento.

En Priego se han dado a conocer estos datos en los medios locales y se ha formado una plataforma llamada “Priego, agua y desarrollo” que se está movilizando. Pero desde EQUO pensamos que a los problemas económicos y de mala gestión se unen otros problemas ambiéntales, éticos o sociales. Pues el agua no es una mercancía ni un servicio cualquiera. En las políticas de gestión del agua no deben influir empresas privadas, pues de esta forma las recomendaciones que se dan desde “Nueva Cultura para el Agua” nunca podrían llevarse a cabo.

Pensar en mejorar la eficiencia, en ahorrar en el consumo, en mantener ecosistemas acuáticos no es propio de empresas como Fomento y Contratas. Estas empresas están deseando que se hagan canalizaciones de ríos, trasvases, prospecciones y cualquier infraestructura faraónica, para así seguir obteniendo beneficios, ya que es difícil seguir derrochando dinero público en construir autovías o aeropuertos.

Desde EQUO en Priego queremos que los políticos municipales dejen de mirar por sus intereses personales y los de sus amigos y que sus iniciativas beneficien realmente a todos los ciudadanos. Y al menos, que si toman decisiones poco acertadas, que éstas puedan corregirse fácilmente en poco tiempo. En el caso del agua consiguieron cuatro millones de euros en un año, y ahora los tenemos que pagar entre todos, con la facturación, durante 27 años.

Francisco Povedano, miembro de EQUO Córdoba (Priego de Córdoba)

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