EQUO muestra su respaldo a las quejas vecinales en el casco histórico y reclama un proceso participativo sobre las celebraciones en la vía pública

La formación ecologista entiende que existe una excesiva concentración de eventos festivos que incomodan al vecindario con ruidos, ocupación de espacios públicos y suciedad. “Es necesario repensar el conjunto de celebraciones que se desarrollan en el ámbito público para que no terminen por generar un problema grave de convivencia en algunas zonas de la ciudad”

EQUO considera que debe existir un equilibrio entre el disfrute de los espacios públicos, especialmente en el centro de la ciudad, y todos los intereses involucrados, como los de las entidades organizadoras de cruces, y el derecho de vecinos y vecinas, muchas veces de edad avanzada, al descanso, al acceso sin limitaciones a sus viviendas, etc. Para EQUO, el descontrol existente ha propiciado una evolución negativa de estas celebraciones que acaban por perjudicar a los habitantes de los barrios del casco histórico, especialmente la Axerquía.

El partido verde se hace eco de las protestas vecinales ante la última edición de las Cruces de Mayo, denunciando que se han convertido en un mero negocio, con cesión de las barras a empresas privadas por parte de las entidades organizadoras, lo que convierte el beneficio económico en el único motor de esta tradición.

Según Ana María Carnero, coportavoz provincial de EQUO, “No es aceptable que los beneficios de las empresas organizadoras, en su mayor parte cofradías, se haga a costa del bienestar de las personas residentes en esas zonas. Eso supone robar al vecindario el uso y disfrute de sus calles y plazas para llenar sus bolsillos”

Por su parte, Salustiano Luque, coportavoz de EQUO Córdoba, ha reclamado “la apertura de un proceso participativo amplio para replantear el conjunto de celebraciones, muchas concentradas en primavera, que acaban por saturar algunas zonas de la ciudad, sobre todo, el centro histórico. Igual que Ganemos Córdoba ha propuesto descentralizar eventos como la Noche Blanca del Flamenco, desde EQUO creemos que es necesario escuchar a las personas que viven en el casco histórico, cada día menos y de mayor edad, para que sigan siendo vecinos de pleno derecho, no habitantes sufrientes de un decorado para turistas, despedidas de solteros y anuncios promocionales”.

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