En Priego se celebra, con una subvención bastante sustanciosa, la edición número 32 de una feria agrícola. La maquinaria agrícola pesada y ligera ha sido la principal protagonista de esta feria desde su origen, pero siempre se ha complementado con otros alicientes para el público que no está interesado en comprar maquinaria.
En este sentido se amplió hace unos años, con bastante éxito, hacia el sector agroalimentario. El aceite, el queso y el vino de alta calidad atrajeron a multitud de visitantes.
Dado el éxito y el cambio de rumbo se continuó en una línea de ampliar los atractivos con algunos espectáculos, con cursos técnicos, con degustaciones, con cocina en vivo. También los expositores y los cursos se diversificaron entrando con fuerza las energías renovables, la agricultura ecológica, la protección ambiental.
En este sentido y dado que la feria se estaba abriendo a todos los ciudadanos, era lógico que continuara en esa línea y se ampliara hacia el turismo activo o hacia el cultivo de trufas, dos actividades en auge y novedosas en nuestra localidad. Pero, como ocurre desde hace algunos años en todo lo que se mueve en nuestro país, no ha seguido un rumbo lógico y se ha preferido dar un giro hacia los sectores más retrogrados de nuestro pueblo. Se prefiere fomentar la actividad cinegética en una comarca en la que se ha perdido el conejo y la perdiz, tan abundantes hace quince años.
El gobierno municipal, formado por el PP y gobernando en minoría, no hace nada más que fomentar la caza o los toros en las fiestas o en las salas de exposiciones. La oposición deja que tomen estas iniciativas y sin embargo les echa para atrás otras, como la de reducirse el sueldo los concejales y los secretarios de grupo.
La actividad cinegética ya tiene sus ferias en Córdoba y hasta en la cercana localidad de Fuente Tojar y sólo atrae a un público muy concreto, con unos reclamos que nada tienen que ver con el avance de una sociedad. La cultura, la conciencia ambiental, las actitudes críticas o la innovación brillan por su ausencia. En ningún caso he visto que en ferias agroalimentarias se desvié la atención hacia la caza, ni siquiera en Jaén, con un gobierno municipal del PP desde hace muchos años.
Salir al campo con una escopeta a matar animales como forma de ocio no es ético, ni sostenible; ocasiona problemas y daños en las explotaciones agrícolas y ganaderas, pone en peligro a senderistas y ciclistas y no nos lleva más que a ser un país retrasado y empobrecido en todo, también en valores. Nuestro gobierno municipal hace un guiño hacia esta minoría para captar su atención y sus votos pero con esto poco van a conseguir.
Desgraciadamente, cuando le hacen ese mismo guiño a las Hermandades o a la Iglesia si consiguen muchos votos, pues se esta formando la idea de que todos los cristianos deben votar al PP. Pero de este tema tendrá que escribir algún compañero que tenga las ideas más claras al respecto.
Como reflexión última sobre la caza quería exponer lo que ocurre con el jabalí cerca de la aldea de El Tarajal, bonito paraje donde paso bastante tiempo en la casa que fue de mis abuelos. El jabalí se implantó de forma masiva hace unos diez años, algunos vecinos se dedican a poner lazos en los pasos de jabalí y difícilmente logran matar uno o dos al año, esta actividad es ilegal pero es selectiva y además no ocasiona problemas a la abundante población de jabalí, no afecta a otras especies, no es peligrosa para las personas, no contamina, no causa daños ni molestias a las explotaciones ganaderas o agrícolas. Aunque no estoy de acuerdo con ella no veo que genere graves problemas. Sin embargo en un solo día hubo una batida de jabalí, donde el ruido de los perros y los tiros era ensordecedor alrededor de la aldea, mataron muchos jabalís, los todoterrenos circulaban impunemente fuera de los caminos y un centenar de personas venidas de diferentes puntos de Andalucía disfrutó de esta actividad legal. Llenaron el monte de latas de cerveza y botellines de agua y ese día nos quedamos todos sin salir a pasear o trabajar al campo. Se ve que lo legal es lo que hacen personas adineradas venidas de la ciudad, despreciando la naturaleza y a la población local. Si esto es lo que se promueve desde Agropriego, va a ser el primer año que no lo visite. Por mucho panel solar o aceite de calidad que se exponga, no voy a ser partícipe de este giro que ha dado la feria agrícola.
Francisco Povedano Aguilera
Químico, profesor y agricultor. Simpatizante de EQUO.