¿Cómo afecta el #TTIP al #CambioClimático?

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Imaginemos que vamos con nuestro vehículo directo a chocarnos contra un poste. Tenemos que decidir qué hacer, ¿nos quedamos dentro del vehículo inmóviles?, ¿giramos para evitar el choque frontal, aunque nos demos de refilón? Apostar por el TTIP a estas alturas, sin duda, es elegir seguir yendo directos hacia el poste. Explicaré por qué.

manifestacion-18A-2015-ttip-5-11El TTIP es un acuerdo tremendamente energívoro. Además de traer una elevación de producción y consumo, en un mundo en el que aún se es sucio e ineficiente energéticamente, trae consigo una serie de prácticas como el fracking o las arenas bituminosas, conllevando, así, un gran daño al medioambiente y un aumento de emisiones de CO2 y del calentamiento global.

Las plataformas anti-TTIP llevan tiempo denunciando la desprotección en este Tratado sobre la regulación en materia de medioambiente. En Enero, el bloque negociador del TTIP prometió salvaguardar las leyes verdes, defender las normas internacionales y proteger las leyes europeas que contienen un alto nivel de protección medioambiental. Sin embargo, tras la 11ª ronda de negociaciones en Miami, según el borrador filtrado de la misma, la UE parece que rompe con dicha promesa.

La no obligación de ratificar las decisiones de las convenciones ambientales internacionales, las formas de hacer cumplir los objetivos de biodiversidad, los productos químicos… todo ello ausente en este borrador del TTIP.TTIP_chico.

El documento reconoce que cada Estado podrá determinar sus prioridades y políticas medioambientales, pero todo esto cae en papel mojado, ya que, según la cláusula de controversias inversor-Estado (el ISDS por sus siglas en inglés), cualquier inversor que vea mermados sus beneficios por una legislación llevada a cabo por el Estado podrá demandarlo, viéndose éste último con la posibilidad de tener que pagar indemnizaciones multimillonarias.

La promesa de la UE sobre que el TTIP “apoyaría nuestros objetivos climáticos, mediante la promoción del comercio y la inversión en bienes y servicios ecológicos” cae en saco roto. Ya, en el pasado Mayo, en el borrador sobre energía, los negociadores europeos presionaron para “un compromiso jurídicamente vinculante en el que se garantizase la libre circulación de petróleo y gas”.

El escaso interés medioambiental mostrado por la UE no casa con los objetivos europeos sobre esta materia. Las filtraciones que hasta ahora han salido a la luz hacen que el TTIP se esté negociando dejando de lado el planeta y a las personas en favor del comercio de las grandes multinacionales, convirtiéndolo así en un elemento que no solo no frenaría el cambio climático, sino que es cómplice del mismo.

Las más de tres millones de firmas contra el TTIP y el CETA -el Acuerdo Integral de Economía y Comercio con Canadá-, las millones de personas que han salido a la calle a protestar contra ellos, las mociones aprobadas en ciudades como Barcelona, Sevilla o Valencia y la COP 21, hacen que este sea el mejor momento para que actuemos y logremos poner los intereses de nuestro planeta -los nuestros en consecuencia- en el lugar que se merece.

Alejandro AguilarAlejandro Aguilar Sandino

de la Mesa de Coordinación de EQUO Sevilla

y de la Red Andalucía No TTIP

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