El viernes 29 se ha celebrado nuevamente el día sin compras, una jornada internacional reivindicativa por otro modelo de producción y consumo. Para EQUO Málaga, el seguir comprando y consumiendo de la forma y en las cantidades en las que se nos anima a hacerlo tiene unos costes para nuestro futuro que no están bien ponderados.
Para las próximas fiestas, EQUO Málaga propone a los malagueños asumir la parte que nos corresponde como consumidores conscientes y propone además la reflexión sobre la manera de consumir. Está claro que los mensajes publicitarios que nos bombardean en estas fechas nos inducen a colocarnos unas gafas deformantes que pintan una “realidad” muy distinta y alejada de lo que vemos a nuestro alrededor y en nuestro entorno cercano. Por eso es tan necesaria hoy la concienciación sobre formas de consumo alternativas y respetuosas con el medio ambiente y la sostenibilidad.
EQUO anima a que cuando compremos se haga de forma sensata y responsable así como a que tengamos la lucidez de discernir entre lo que cubre una necesidad y lo hace además de forma cuidadosa, -tanto con el entorno que nos sostiene como con las personas que lo fabrican-, frente a la compra compulsiva a que nos animan los medios y los entes económicos que sólo entienden los avances como aumentos “ad infinitum” de la producción y el consumo. Para ello, ya existen hoy en la sociedad alternativas que nos ofrecen otro tipo de consumo, como el comercio justo que, bajo parámetros sostenibles en lo social, en lo económico y en lo ambiental, nos hace darnos cuenta del valor real de los productos.
“Como consumidores tenemos el poder de consumir o no hacerlo. De elegir productos que respeten el medio ambiente y la dignidad de las personas”, sostiene el coportavoz de la organización, Juan Jose Merino, que añade que “además, como sostienen corrientes alternativas como el decrecimiento, tenemos que darnos cuenta de que el círculo consumo-producción-consumo en un modelo basado en el crecimiento económico perpetuo no es, hoy en día, sostenible en el tiempo”. Por su parte, Carmen Molina, coportavoz de EQUO Málaga reitera que “es preciso que apostemos por esas empresas y productores que sí hacen las cosas bien. Reduzcamos también las cantidades porque no hay necesidad de acaparar o acumular en la manera que a veces lo hacemos. No nos dejemos incitar a un consumo alejado de nuestras necesidades y nuestras apetencias reales”.
Los momentos críticos que vivimos en la actualidad no son en parte percibidos en toda su dimensión por el abotargamiento al que nos lleva precisamente ese consumo de materia, de energía y de mensajes atrayentes, que nos confunde y desconcierta, dejándonos escaso margen para la introspección y ponderación. Existen hoy en día ya alternativas aparecidas desde abajo, como los mercadillos de trueque (o incluso aquellos en los que se regala lo que no se necesita), monedas locales y modelos como los de las ciudades en transición, que ya están sentando las bases de un consumo alternativo y viable. Soseguemos nuestro ritmo de consumo, facilitando los consumos “alternativos” que no malgastan recursos materiales y sí derrocha “recursos intangibles” basados en la creatividad, el tiempo de ocio, las actividades en la naturaleza, etc.