El 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los animales y de la protección animal coincidiendo con la celebración del patrón de los veterinarios San Francisco de Asís, del que nos ha llegado su amor hacia los que consideraba sus hermanos. Entiendo, no es porque yo sea veterinario o santo, que ese amor que profesaba, y que la Iglesia debiera atender en las conciencias de los cristianos, lo ignoran la práctica totalidad de toreros y afines y nos dirigen a los demás una elevación de hombros para decirnos «que el Santo los considerara sus hermanos no implica que nosotros también, además eso no se puede hacer, por inmoral». Pero de eso se encarga la ética y la moral; y en el caso de la primera, se trata (para ellos) de vivir bien tu vida aunque para ello te tengas que divertir a costa del sufrimiento ajeno. Hoy, gracias a la Ciencia, ya está demostrado que el dolor, el sufrimiento y el padecimiento no son exclusivos del ser humano y este es el único argumento válido para defender los valores éticos y morales universales de una civilización moderna. Argumentos con los que poder elaborar leyes sobre bienestar y protección animal. Que se sea un premio Nobel de Literatura o un eminente cirujano cardiovascular, un veterinario profesor de Universidad o un político no garantiza nada más que su formación, el resto de esa persona puede ser tan miserable que llegue a justificar la muerte con sufrimiento y agonía por amor al arte, la cultura, la tradición o, más canallesco si cabe, porque se afirme amar al animal que se tortura.
Pero no todo son sombras, recientemente han resurgido de sus cenizas las voces que desde 2007 habían constituido la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales. Diputados y Senadores y «ex» de todas las formaciones políticas con representación han decidido luchar por el bienestar y la protección animal. Entre sus primeras prioridades estarán la esterilización de los animales de compañía para evitar las gestaciones no deseadas y los abandonos, la abolición de los festejos populares taurinos como el Toro de la Vega, desposeyéndolas de la declaración de fiestas de interés turístico, para así tengan que cumplir con los Reglamentos que prohíben hacerles cualquier tipo de daño a los toros participantes y que poseen todas las Comunidades Autónomas, la denuncia de las leyes que protegen a los menores en cuanto a la emisión en horario infantil en todas las televisiones, públicas y privadas, de corridas de toros, mayor sanción y castigo al maltrato animal y toda clase de acciones que podemos apoyar en la página de facebook que han creado. No me sorprende nada, todo ello está en los programas electorales de EQUO. No tenemos más que pedir al diputado de la coalición Compromís-Equo que se sume a esta iniciativa y aporte ideas que deben surgir de los colectivos sociales y profesionales que dedican todos los días del año a que los animales sean tratados como seres sintientes y no meros objetos de mercancía o de diversión.
Lcdo. Rafael A. Luna Murillo
militante de cuota EQUO
Colegiado nº CO 994
Córdoba (Andalucía)