Otra de las bonitas herencias que nos dejó el nunca suficientemente denostado gobierno de Aznar fue la reforma de una ley que desde 1998 permite a la Iglesia Católica apropiarse de los edificios de dominio público que quiera, es decir, de todos los que pueda. El gobierno de Rajoy va por la misma linea, evitandole el mas minimo recorte, perdón, ajuste en su esplendida asignación mientras los demas nos asfixiamos de tanto apretarnos el cinturón.
Para más caldo si quieres sopas, el posterior gobierno socialista, posiblemente en apoyo del sagrado bipartidismo, ignominiosamente mantuvo esa ley como consecuencia de la manifiesta incapacidad del PSOE para separar los poderes políticos de los religiosos.
El caso es que el concepto “dominio público” se aplica a un bien que es común, de todas y de todos, del pueblo español en el caso de los edificios históricos que la Iglesia“limpia”. Según estimaciones recientes la Iglesia tiene en España 100.000 propiedades escrituradas y es propietaria del 80% del patrimonio histórico-artístico.
También resulta entrañable para la historia de nuestra España reciente, tan abocada a magnificar las aberraciones y los asesinatos de la última dictadura, que, precisamente, esa ley que permite el saqueo del patrimonio histórico que defiende el “democrático” bipartidismo está inspirada por una ley franquista de 1946. Todo un detalle. Espeluznante, pero un detalle. Permite ala Iglesia apropiarse y escriturar cualquier terreno o edificio público con el simple hecho de que diga que es suyo, sin necesidad de tener documentos que lo demuestren.
Pero este desmadre apenas ha tenido repercusión social, a pesar de estar considerado como el hecho inconstitucional más grave de la democracia española. Un poco de oposición se hace en Navarra, donde se constituyó la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro y un cierto número de municipios impulsó un recurso de inconstitucionalidad.
Aunque sí circuló por los medios, sobre todo por Internet, uno de los casos más llamativos de los que ha generado esta ley, en apacible conjunción de latronicio entre el Estado y la Iglesia: La apropiación por parte de la Iglesia de la Mezquita de Córdoba, un edificio histórico-cultural declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.La escritura se hizo en 2006.
A la Iglesia no le costó nada, 30 euros por la escritura, pero Córdoba se quedó sin uno de los dos edificios emblemáticos por excelencia de Andalucía. El otro es la Alhambra. El pueblo cordobés se quedó a dos velas, pero para la “cristiana” Iglesia significa un negocio redondo.La Mezquitale salió gratis, dispone quién trabaja en ella y qué uso le da. Además,la Iglesiase beneficia de casi 10.000.000 de euros al año por venta de entradas, se beneficia de que la restauración y la conservación la paga el Estado y tampoco paga impuestos de ningún tipo.
Y todavía la espectacular historia de la resignada Mezquita en manos dela Iglesia no ha terminado. El obispo de Córdoba anunció en 2010 que va a cambiarle el nombre, que, oye, eso de mezquita no le acaba de sonar bien y que lo mismo le pone otro.
Así las cosas, la Mezquita ni se llamará mezquita ni es ya de los cordobeses y las cordobesas. Si Franco levantara la cabeza se reiría tomando un chupito de moscatel con Rouco y Rajoy. Pero si fuera Julián Besteiro el que supiera de esta desesperanza, bien podría pensar que aquel movimiento que vertebró España en la justicia y en la solidaridad entre las personas, y que se llamó PSOE, se había extinguido.
Pepe Criado EQUO Almería
Una idea sobre “PP y PSOE contra la Mezquita de Córdoba”
Hoy nos encontramos con esta noticia, que aunque de poca importancia, revela lo que interesa al Cabildo, recaudar, recaudar y no hacerse cargo del mantenimiento del edificio, que tiene todas sus vigas originales, con restos de policromía del siglo X en el patio con las palomas…. Eso si, para machacar de forma torpe y sin base cientifica alguna el caracter esencialmente cristiano del edificio, le falta tiempo (y apoyo de los poderes públicos de todos los colores….)