La prisa nunca fue buena consejera

Hace unos días un diario digital daba una noticia que no se ha visto en ningún otro medio local. Al Zoológico de Córdoba le ha entrado la prisa para buscarle una compañía a la elefanta llamada Flavia. Los que nos preocupamos por cómo se encuentran los animales en el Zoo, que no somos pocos, y llevamos denunciando lo poco grato que es para la ciudad tener unas instalaciones donde se acumulan especies sin tener en cuenta las normas mínimas de bienestar animal, no salimos del estupor, día sí día también, de lo que se nos oculta a la ciudadanía desde todos los grupos que han gobernado la ciudad.

La emergencia viene de la AIZA (Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios), a la que pertenece el Zoo de Córdoba; a su vez integrada en la EAZA y en la WAZA, entidades del mismo tipo europea y mundial respectivamente. Un ultimátum para que de una vez se haga lo que se tuvo que hacer hace 10, 20 o 28 años ya que ese es el tiempo que lleva la AIZA funcionando, siendo el Zoo de Córdoba uno de los 14 establecimientos fundadores. Para ello, el Consistorio deberá abordar una nueva remodelación, con un presupuesto de 90.000 euros. Recordaremos que ya se denunció la última remodelación del Zoo, obligada por la nueva Ley de Zoos de 2003, inaugurada en 2006 por la que fue alcaldesa de Córdoba y hoy Consejera de Cultura, la todoterreno Rosa Aguilar, y que costó la friolera de 5 millones de euros. Eso sí, las obras la debieron de soportar los pobres animales ante la incapacidad de sus gestores de trasladarlos a otro sitio porque eso aumentaría el coste. Nos preguntamos ahora ¿qué se hizo con ese dineral que no pudo ampliar el recinto de la pobre Flavia?; claro que entonces los proyectos de la capitalidad cultural, la ciudad de los niños y niñas o el traslado del DC-10 al balcón del Guadalquivir, todavía sin uso, años después, eran el empeño de la primera teniente de alcalde, Rosa Candelario, y compañía. Mucho me temo que lo que se esconde, en realidad, es la falta de una licencia definitiva de Parque Zoológico, que es concedida por la Junta de Andalucía y que ha estado en precario todo este tiempo, no entrando ni en apercibimientos ni en sanciones, no se sabe “purcuá”.

Ahora, Flavia de 43 años, siendo la longevidad media de esta especie en cautividad de 60 años (fuente National Geographic) y cuyas hembras viven en manadas familiares, duermen poco, recorren grandes distancias en busca de las enormes cantidades de comida para mantener sus ingentes cuerpos, que fue traída al Zoo con solo 3 años (un cachorro), a Flavia quieren darle un subsidio sin darse cuenta de que le han jodido la vida.

Rafael A. Luna Murillo, veterinario miembro de AVATMA y EQUO

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