La crisis en femenino

No voy a ser muy original al elegir el tema, pues lo tenemos tan presente en nuestra vida que se ha convertido en el pan de cada día. Si, amigos, ya os digo no soy muy original: la crisis. Diréis, «es una simple palabra» pero la hay en femenino. Como femenino es el sector de la población que más la padece y le golpea doble y triplemente.

Pasan desapercibidas noticias como la violencia de género a favor de otras como la prima de riesgo, recortes, IBEX-35, etc.

Llevamos años de políticas positivas y por mucho que miro – y mira que me fijo- no encuentro nada positivo. Un dato significativo es qué en lo que llevamos de año son 55 mujeres fallecidas por este motivo. Si lo pensamos bien son casi 8 mujeres muertas cada mes ¿no es sorprendente el alto número de victimas? Esto es intolerable y encima no dejamos de escuchar comentarios y realidades sobre la modificación de la ley del aborto propuesta por el ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón sobre la malformación del feto poniendo en duda la sensibilidad femenina y la capacidad para dar vida.
Pero me llama también la atención como en las universidades que se le supone unos valores liberales y de equidad es curioso que el número de decanas y catedráticas es casi nulo frente al de hombres. Pero eso si, en la administración de dichas universidades lo superamos. Todo esto bajo el prisma de que la mujer ocupa el 60% de la población que realiza y lleva a cabo una formación universitaria.                                                                                                                                          
En el ámbito del trabajo en general todavía seguimos luchando por despidos tan injustos y contradictorios como los causados por la maternidad. Problemática que se ha acentuado más con la crisis y el paro. También estos números se han aliado con nosotras, desgraciadamente.                                                                                    
Todo esto  hace que me cuestione donde está el problema. La Constitución me dota de los mismos derechos ¿cómo la sociedad me los quita? .Y llego a una conclusión, después, claro está, de haber indagado en ello. Historiadores, sociólogos,  y antropólogos han llegado al mismo resultado: la gran mayoría  de sociedades del mundo están dominadas por religiones con una jerarquía patriarcal. Católicos, musulmanes, judíos, etc… En el catolicismo no existe la mujer. Es el eslabón más bajo. Los musulmanes tienen a la mujer sometida, y podría seguir con más ejemplos pero lo importante es que se trata de errores históricos y aptitudes machistas que persisten en nuestra sociedad.
Y si hablamos de la exclusión social que padece la mujer por optar por otra sexualidad es más que evidente que no recibimos el mismo trato. Todos vemos como un hombre homosexual con sus tópicos típicos son mejor visto que una lesbiana. Esto es una realidad. Pero si todavía nos adentramos en el tema de la prostitución y trata de blancas esto es la exclusión de la exclusión. Años llevamos de retraso, cuando se podía haber legalizado terminando con tanto problema que genera.                                                                                                                      
Todas esta observaciones me hacen pensar que tenemos una solución: la educación laica. Nuestra constitución nos habla de un Estado aconfesional es más dice en el artículo 16 que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Necesitamos la laicidad en nuestras escuelas donde se nos enseñe valores humanos.                                                                                                                                                         
Algunos diréis que las políticas positivas han hecho algo por nosotras y no puedo evitar daros la razón de alguna manera pero tengo que exigir más y más para las nuevas generaciones y apelo a los hombres que sois lo que podéis hacer algo desde vuestras casas, educando a hijos, dando ejemplo y dejando los errores atrás que históricamente han dañado la evolución del ser humano.

Ya no me extiendo más y sé que me dejo muchos frentes abiertos donde la mujer se ve golpeada en esta situación tan difícil que estamos viviendo. Pero os dejo un consejo: pon una mujer en tu vida y vivirás mejor.

Ángeles Dávila

Feminista, simpatizante de Equo y miembro de la Mesa de Coordinación de Córdoba

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