El partido político EQUO organizó el pasado martes una mesa informativa en Ciudad Jardín centrada en la necesidad de transformar nuestros pueblos y ciudades para adaptarlos a los retos climáticos y energéticos del siglo XXI. Según esta formación, que se presenta a las elecciones europeas en la coalición Primavera Europea, las consecuencias derivadas del cambio climático y del pico del petróleo van a requerir una adaptación de nuestro urbanismo y de algunos de nuestros patrones de conducta, algo que hay que ver como una ventaja y una oportunidad para hacer de nuestras localidades lugares más habitables y sostenibles.
En palabras de Diego Rodríguez, coportavoz provincial de EQUO Córdoba, “en el Parlamento Europeo propondremos la elaboración de un «Libro Blanco sobre Ciudades Sostenibles y en Transición» donde puedan establecerse los criterios y objetivos de urbanismo sostenible que deben alcanzar las ciudades y pueblos europeos para reducir su impacto en el ambiente y mejorar su adaptabilidad al cambio climático y al fin de la era de los combustibles fósiles baratos, diseñando ciudades compactas, humanas e inteligentes, con mayor calidad de vida, adecuándolas también a la características y disponibilidades del territorio donde se ubican”.
Pepa Bonilla, coportavoz de EQUO Córdoba, añadió que “en este contexto de crisis climática y energética, la movilidad es un aspecto fundamental. Hay que transformar nuestros modelos de transporte y apoyarnos en una adecuada planificación urbana para no generar más necesidades de desplazamiento. En las ciudades debemos apostar por la movilidad a pie, en bicicleta y en medios públicos y colectivos y, en medias y largas distancias, de personas y especialmente de mercancías, debemos derivar el transporte desde carreteras y autovías hacia el ferrocarril”.
EQUO recuerda que estas medidas forman parte del gran plan del Partido Verde Europeo para salir de la crisis invirtiendo en los sectores más ecológicamente respetuosos y transformando los demás para hacerlos sostenibles y que con todas estas medidas se podrían crear hasta 20 millones de empleos en la Unión Europea.