EQUO Córdoba ha venido pidiendo desde hace años que se recuperaran los trenes perdidos, en toda la campiña y la zona sur de la provincia, así como que se articulara una nueva línea de cercanías a lo largo de todo el valle del Guadalquivir a su paso por Córdoba, de un extremo al otro de la provincia
El partido verde también ha reclamado la recuperación del tren al norte de la provincia
Los portavoces de EQUO en Córdoba, Ana María Carnero y Salustiano Luque, afirmaron que “la eliminación de trenes de viajeros en la zona sur de la provincia de Córdoba fue una decisión muy poco acertada por parte del Gobierno del PP, que ha basado su política en grandes inversiones como el AVE y autovías. El ferrocarril, cercanías y media distancia, además de servir como elemento de cohesión social, sirve como mecanismo de ahorro y eficiencia energética, así como es instrumento necesario en la lucha contra el cambio climático”. Añaden además que “otra demanda muy anhelada es la conexión ferroviaria entre el norte de la provincia y la capital. Sería de vital importancia el establecimiento del servicio de cercanías por el impacto que tendría en la economía de toda la provincia, así como la prestación de un servicio a la amplia comunidad universitaria, que se desplaza a Córdoba, por su posibilidad de conexión con el complejo universitario de Rabanales”. Concluyen señalando que «los últimos PGE 2018 únicamente recogen la millonaria y sin sentido construcción del by pass en Almodóvar del Río para facilitar la conexión entre Málaga y Sevilla por AVE y reafirman la política de un Gobierno del PP que ha olvidado el tren convencional primando en todo momento la insostenible alta velocidad»
Desde EQUO lanzamos la campaña #NoPierdasElTren para pedir una movilidad más sostenible que tenga como eje fundamental el ferrocarril convencional electrificado.
La formación verde denuncia que desde hace años las políticas de transporte del Estado español no han priorizado el transporte público colectivo. En su lugar ha primado el transporte privado por carretera o incluso la construcción de aeropuertos sin aviones y, en el caso del ferrocarril, han abandonado el tren convencional, apostando únicamente por la alta velocidad. A pesar del plan anunciado por Fomento, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018, la partida asignada a la infraestructura del transporte ferroviario ha caído un 50,06% respecto a 2017 -un 80,29% con respecto a 2009-, un duro golpe para el desarrollo del ferrocarril, sobre todo cuando la mayor parte de la inversión se la lleva, nuevamente, la alta velocidad; pese a que ADIF Alta velocidad acumula pérdidas por encima de los 17.000 millones de euros. Tal como presentó el Ministerio de Hacienda en los PGE2018, en materia de ferrocarril convencional ADIF prevé realizar unas inversiones totales por importe de 848 millones de euros, sin embargo el ADIF Alta Velocidad prevé una partida muy superior, por importe de 2.713 millones de euros.
Para el coportavoz de EQUO y diputado, Juantxo López de Uralde, “La apuesta por el AVE es económicamente suicida: la deuda de Adif asciende ya a 17.900 millones y seguirá creciendo. Ha habido años que el AVE se ha llevado 150 veces más fondos que los trenes de cercanías, a pesar de que cada día viajan 30 veces más pasajeros en cercanías que en AVE. Una muestra clara de en qué tipo de pasajeros están las prioridades del Gobierno. Y eso sin contar las líneas de ferrocarril convencional abandonadas y cerradas, pese a la reclamación social de que vuelvan a ponerse en marcha. A pesar del plan presentado ahora por Fomento tras las múltiples quejas de plataformas y usuarios de Cercanías, los PGE de 2018 muestran nuevamente que el Gobierno vuelve a apostar por el AVE y el transporte por carretera, frente a cercanías y tren convencional, en una disparatada huida hacia delante”
Actualmente la red de cercanías, con algo más de 2.000 km, soporta un tráfico superior a 56 millones de kilómetros recorridos, que supone el 39 % del tráfico de viajeros. Igualmente, los datos muestran que el uso del transporte público en la ciudad está creciendo, y especialmente el número de usuarios que apostaron por utilizar cercanías. Según datos del INE estableciendo una comparativa entre los meses de diciembre de 2016 y 2017 se ha incrementado en más de 2.000 personas, un 4,7%. A pesar de ello las protestas por averías, el mal estado de infraestructuras, falta de frecuencias o deficiencias en el servicio, no han dejado de aumentar, según la encuesta de valoración de los usuarios publicada por el Ministerio de Fomento; entre 2014 a 2016 las quejas presentadas han aumentado un 14,6%.
Es imprescindible promover una movilidad sostenible, mediante el cambio del actual modelo, que tantos efectos negativos genera sobre la salud de las personas, la contaminación y congestión de las ciudades, el aumento de las emisiones, la dependencia energética del país y el consiguiente déficit de nuestra balanza de pagos.
La desvertebración del territorio, la destrucción de empleo público que se ha llevado a cabo en Renfe y Adif, con hasta 2.000 empleos menos en los últimos 5 años y ha dejado las plantillas con una edad media cercana a los 55 años, son otros de los efectos colaterales de la política ferroviaria, por lo que es urgente un cambio en la movilidad y en la propia red de transporte.
La también coportavoz nacional de EQUO, Marta Santos, defiende que la decisión de abrir un servicio no debe depender de la rentabilidad económica, “Si fuera así no existiría el AVE, pero sin embargo si se aplica este criterio al tren convencional. Dependiendo de las políticas tarifarias, las cercanías o la media distancia se cubriría buena parte del coste operativo de estos servicios. Nada que ver con la infrautilización y las pérdidas económicas del AVE. Sería de una ayuda enorme mejorar los corredores de cercanías, para contribuir en la mejora de la comunicación, y actuaría como eje revitalizador de los pueblos que atraviesa y en los que el corredor tendría parada”.