Este domingo, el partido EQUO ha organizado un evento informativo en el Bulevar Gran Capitan para denunciar publicamente las políticas que apuestan por privatizar servicios y bienes fundamentales para nuestro bienestar como son el suministro de agua potable, la gestión de residuos urbanos o la red de Montes Públicos.
«EQUO», según comenta su co-portavoz, Diego Rodríguez, «no se cansará de repetir que convertir derechos en mercancías, como sucede con el acceso al agua potable, con la excusa de la eficacia y la austeridad, es una agresión contra la ciudadanía. Nos tememos que al cabo de unos años podamos encontrarnos en una situación comparable a la de la electricidad, donde los precios están altísimos y encima les debemos, como sociedad, miles de millones a las compañías a través del fraude del déficit tarifario».
Un ejemplo preocupante es que se quiera privatizar la gestión de residuos en Córdoba, ya que consideran que supondría un empeoramiento del servicio y de las condiciones laborales del personal de SADECO. «Las compañías privadas no tienen por qué ser más eficaces, simplemente hacen el trabajo sucio de las administraciones» abunda la co-portavoz de EQUO, Pepa Bonilla. «Se quedarán las joyas de la corona, lo que da dinero, y recortarán en los servicios que no les salgan rentables».
A esto se le suma que el Ministerio del Medio Ambiente se ha lanzado a crear o modificar leyes que únicamente buscan una mayor desprotección del entorno, ya que se considera un estorbo para el desarrollo, como sucede con la nueva Ley de Costas, que reduce la franja de protección de 100 a 20 metros o la modificación en la Ley de Evaluacion de Impacto Ambiental, que impide a particulares y asociaciones recurrir a los tribunales este tipo de permisos.
Como dice Diego a un ciudadano al que explicaba la iniciativa de EQUO: «El Medio Ambiente no es un lujo que pueda esperar a que pase la crisis, es el aire que respiramos y el agua que bebemos, los alimentos que comen nuestros hijos y el clima que nos afecta. El coste de actuar ahora es diez veces menor que el que tendrá mañana no haber actuado, y la deuda se la dejaremos a nuestros hijos y nietos».