RENTA BÁSICA UNIVERSAL Y LA POBREZA EN ANDALUCÍA

¿Qué es antes, el huevo o la gallina? ¿Qué es antes, lo social o lo ecológico?

Son preguntas con la misma respuesta. Pero para centrar el tema… ¿por qué los ecologistas, por qué en EQUO Andalucía, mantienen que la Renta Básica Universal (RBU) es una pieza clave para solucionar los problemas tanto sociales como económicos como ecológicos?

Para empezar hay una clara evidencia: en Andalucía las personas que están en riesgo de exclusión social aumentan en número cada año (desde 2009 a razón de 100.000 más al año). Algunos hablan de salida de la crisis, pero, ¿quién sale de la crisis? ¿Cómo se sale de la crisis? ¿Realmente tenemos que esperar a que crezcan las macrocifras para que surja una nueva burbuja y, tras ella, se lleve a otro montón de personas por delante? Esta forma de seguir insistiendo en una economía del crecimiento infinito en un planeta finito ha hecho “crack”. Hoy día, y más en Andalucía, la pobreza es una realidad incluso para muchas personas con empleo.

Y puede uno preguntarse: “si me están hablando de pobreza ¿por qué comenzó este escrito hablando de lo “ecológico?” Vayamos primero a solucionar los problemas de la gente y después ya veremos lo de la ecología, el medio ambiente, el cambio climático y esas cosas secundarias.

Sin embargo, ahí está la clave y ahí destaca precisamente la importancia de que la ecología política defienda una renta básica universal. Con una garantía elemental de recursos para todas las personas, el eje de la economía ya no pivotará sobre la semiesclavitud de los trabajadores o el miedo de las personas en paro, sino que girará en torno al buen vivir de las personas y la dignidad de los trabajos que las personas quieran realizar.

Para definir brevemente lo que es la RBU, lo haremos fácil: dice Wikipedia que “La renta básica universal (RB) o ingreso ciudadano (IC), según la define la Red Renta Básica, es un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quién conviva.”

Según José Chamizo, ex Defensor del Pueblo Andaluz, “la renta básica universal es un motivo de lucha, es un motivo de esperanza; no es solo una idea, es una realidad posible, una aparente utopía que puede crear una sociedad más igualitaria, más ética.”

Por otra parte, Daniel Raventós, de la Red Renta Básica, manifestó recientemente que “los subsidios actuales que reciben las personas con necesidades son muy bajos, y la realidad muestra que son insuficientes para solucionar la pobreza y la desigualdad social.”

Hoy nos encontramos con un panorama de miseria a través de subsidios destinados a los jóvenes, con salarios más que insuficientes, destinados a los parados de larga duración y a familias sin recursos. En todos los casos con sujeción a las decisiones del gobernante de turno y sus intereses electoralistas. Esto terminaría al instaurar la RBU, así se acabaría el chantaje del político de turno de dar y quitar arbitrariamente. Porque la RBU es un derecho, no un subsidio.

La implantación de la RBU debe ser un proceso por fases, no inmediato, para que pueda tener éxito, comenzando siempre por las personas más pobres de cada sociedad.

Así, con la RBU todo ciudadano, por el simple hecho de serlo, ya recibe una cantidad básica para poder vivir. ¿Qué se consigue con esto?

– Hacer salir directamente de la pobreza a todas las personas que están en exclusión social. Incluyendo, por supuesto, la dramática pobreza infantil de Andalucía.

– Reducir a la mitad los gastos burocráticos del Estado en la gestión de ayudas y subvenciones. No habría que estar vigilando a los parados que ya tienen unos ingresos y no necesitan acogerse a trabajos sin contratos.

– La desaparición de los “trabajos basura”, porque una vez garantizado un mínimo nadie aceptaría la esclavitud por empleo.

– Facilitar la reducción de la jornada laboral y el reparto del tiempo de trabajo existente, así como alcanzar un ritmo de producción acorde con los límites de nuestro planeta.

– Revalorizar los salarios más bajos, al menos, para convertirse en un complemento justo de la renta básica. Mejorar, por ello, el mejor punto de partida para la negociación de los contratos por parte de los empleados.

– Fomentar el autoempleo, dado que el disfrutar de un mínimo garantizado reduce el riesgo de la pérdida, lo que redundaría en un incremento de la oferta laboral y de la red empresarial local, los negocios de cercanía que generarían una economía de pequeña escala mucho más sostenible en todos los sentidos.

– Reducir el desfase salarial mediante el refuerzo de la imposición fiscal sobre los sueldos más altos que también recibirían la RBU.

De acuerdo, ¿y en lo que respecta al lado verde, a lo relacionado de forma más estrecha con el medio ambiente, qué aporta la RBU?

– La RBU mejoraría el comercio local y cercano a casa por el incremento del autoempleo, generando riqueza en nuestro entorno. Esto evitaría desplazamientos y grandes movimientos de mercancías.

– Con la RBU muchas personas podrían optar por trabajos no productivistas pero indispensables para el buen vivir de todos, como la atención a las personas dependientes, el cuidado de los hijos, el hogar, la participación y colaboración con el barrio, la colaboración con ONG y asociaciones, etc.

– La implantación de la RBU provocaría cambios progresivos en la sociedad, llevándola a ser más justa, equitativa y con menos necesidad de explotar los recursos naturales a cualquier precio.

– Esta garantía económica evitaría la necesidad migratoria del mundo rural a las grandes ciudades, lo que contribuiría a la permanencia de la población en el territorio, a la relación estable con la propia tierra, a la consiguiente protección del entorno.

– Permitiría además elegir otros modos de vida desvinculado de la producción y la fabricación de más y más cosas, lo que supone inevitablemente de más y más residuos.

Podemos decir que para rescatar la dignidad humana del trabajo la RBU es una herramienta imprescindible, que mejora la redistribución de la riqueza y los índices de igualdad.

Llegados a este punto, por la erradicación de la pobreza, por el medio ambiente, por el buen vivir de las personas, por un mundo más justo, por la salida de todos de la crisis y de forma sostenible, desde Andalucía apostamos por la implantación progresiva de la Renta básica Universal en toda la Unión Europea.

En definitiva, para este partido ecologista que es EQUO, sí hay una vía de justicia social, de reducción del paro y de erradicación de la pobreza, esa es sin duda la Renta Básica Universal, que, junto con otras medidas de economía social y ecológica, hace viable un futuro mejor para todos. Y esto es, simplemente, esencial ¡para todos!

Abraham Velázquez Moraira

@ECOabraham

Miembro de EQUO Andalucía

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