Energías renovables por Mariano Sidrach de Cardona

Te animamos a profundizar con nosotros sobre la situación actual de las energías renovables, gracias a esta aportación de Mariano Sidrach de Cardona:

Las energías renovables o cómo las cosas se deben hacer de otra manera

Mariano Sidrach de Cardona
Vicepresidente de la Fundación Renovables y Catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Málaga

Poco debate hay en la actualidad sobre la necesidad de abandonar el uso de la energía fósil para la producción de energía con el fin de afrontar el cambio climático.

En el centro de todas las miradas se han situado las energías renovables, especialmente la energía eólica y la tecnología fotovoltaica, que han demostrado por desarrollo tecnológico y precio, no sólo que son altamente competitivas sino que son la mejor solución para la producción de energía eléctrica.

De esta forma, la electrificación del consumo por medio de energías renovables se presenta como la opción más viable para la transformación energética.

Sin embargo, hay que recordar que todos los procesos de transformación energética tienen impacto social y ambiental, de manera que deberemos ser muy cuidadosos para que la ventaja competitiva de las energías renovables no suponga un nuevo proceso de deterioro acelerado de hábitat y territorios.

No se puede hablar de un nuevo modelo energético sin abordar de manera sería la relación entre renovables y territorio.

Es verdad, que esta relación se plantea por primera vez a partir de la competitividad de las renovables.

Asistimos a peticiones de moratorias a las instalaciones renovables, cuando no se han pedido, por ejemplo, para el desarrollo de infraestructuras gasísticas que amenazan con quedarse con una parte sustancial de los fondos de recuperación europeos.

En el fondo del problema está el concepto de transición energética que no se debe reducirse a la mera sustitución de energía fósil por renovables, perdiendo así la oportunidad de modificar de forma sustancial el modelo actual.

Un modelo centralizado, que sigue en la mayoría de las ocasiones el dictado de un mercado especulativo, y que no es inclusivo con el territorio y sus gentes.

Imagen molino y placa solar artículo de Mariano Sidrach sobre energía renovable
Energía Renovables por Mariano Sidrach

El modelo energético actual es centralizado y se ha desarrollado a expensas de un desequilibrio territorial entre generación y consumo, en paralelo a un fuerte desequilibrio demográfico.

Una demografía que ha determinado por ejemplo, que el emplazamiento de las centrales térmicas esté lejos de los grandes centros de población y de consumo.

Un modelo ineficiente, caro y contaminante.

Por lo contrario, las fuentes renovables nos ofrecen la posibilidad de introducir flexibilidad en el sistema energético.

Su modularidad facilita la proximidad entre la generación y el consumo y no genera desequilibrios territoriales gracias a la generación distribuida, más próxima al consumo y por lo tanto más eficiente.

Además, un modelo energético distribuido permite un modelo territorial más favorable para las pequeñas economías, respetuoso con el medio ambiente dando valor al ahorro, la eficiencia energética y la gestión de la demanda, con la participación de los consumidores.

Hay una relación directa entre el modelo energético, el modelo territorial y el modelo económico.

De esta interdependencia surge la importancia de la relación entre la energía, la biodiversidad y la salud y la necesidad de un análisis de conjunto de los distintos modelos y su impacto en el territorio.

Es preciso cambiar el mercado energético pero con nuevas reglas que acepten que el primer problema es el medio ambiente y la generación de riqueza protegiendo los ecosistemas y promoviendo el desarrollo local.

Asumir que la energía más barata y limpia es la de proximidad, y por lo tanto la que menos impacto genera, por lo que necesitamos más energía distribuida y seguramente menos grandes centrales.

En el origen de este problema está que en el desarrollo de nuevas plantas de generación por energías renovables no se ha tenido en cuenta la elaboración previa de un modelo de organización territorial que defina y exija pautas de actuación.

La energía más barata y limpia es la de proximidad. Compartir en X

El tamaño más idóneo de una planta de generación se ha definido en términos de rentabilidad económica sin tener en cuenta ni internalizar en costes los impactos generados sobre el territorio, los hábitats, los ecosistemas, la biodiversidad y el paisaje.

Hasta que el precio de la energía generada de forma centralizada no incorpore el coste de todas las partidas que la originan, las relaciones de intercambio no frenarán el desarrollismo a ultranza y seguiremos utilizando los mismos criterios extractivos, aunque el modelo sea renovable.

Es necesario que el proceso de planificación y el desarrollo de grandes plantas incorporar criterios de economía circular y de conservación y adaptación de la biodiversidad.

Los análisis de evaluación ambiental deben ser locales, en función de la ubicación y lo más amplios y transversales posibles para observar cómo gestionan la biodiversidad siguiendo los criterios de las directivas europeas para el medio ambiente, la generación distribuida, la ordenación del territorio y las alternativas de eficiencia energética.

Las macro plantas, con una ocupación media de entre 800 y 1.200 hectáreas, no solo pueden ocasionar un impacto importante en la flora y fauna de la zona y una modificación paisajística, sino que alteran el uso y la conservación de, por ejemplo, las vías pecuarias, que constituyen un patrimonio público absolutamente necesario y que debemos conservar.

Sin embargo, el oligopolio eléctrico, en su afán por controlar el mercado, primero se opuso al autoconsumo individual, ahora ponen trabas al autoconsumo compartido, a la vez intentan controlar la instalación de grandes plantas.

La gratuidad de las fuentes renovables ha producido una evolución desde el interés económico en el control de las fuentes de energía primaria al control de las redes y de los mercados.

Tener el control de los puntos de acceso y de las redes eléctricas supone, de hecho, una barrera a la entrada de la competencia en el mercado eléctrico.

Ahora justifican el cambio en las tarifas de la electricidad en la necesidad de que todos cambiemos nuestros hábitos de consumo para poder seguir dando entrada a las energías renovables, sin invertir en nuevas redes eléctricas, cuando en realidad lo que no quieren es cambiar un modelo que les otorga poder y pingues beneficios.

Claro que hay que invertir en redes eléctricas, pero con el objetivo final de permitir un sistema más descentralizado y más justo.

La cuestión no es cuanta energía renovable cabe en las actuales redes electicas, sino como debo modificar la estructura de las redes para permitir el acceso de más energía renovable y de la forma más descentralizada posible.

La solución es mucho más sencilla y pasa por una democratización real del sector eléctrico y un impulso decidido al autoconsumo compartido y a las comunidades energéticas, de forma que seamos los ciudadanos los actores principales del nuevo modelo energético.

La cuestión no es cuanta energía renovable cabe en las actuales redes electicas, sino como debo modificar la estructura de las redes para permitir el acceso de + energía renovable y de la forma + descentralizada posible. Compartir en X

Nota 1:
Ese artículo recoge las principales ideas del estudio “Territorio y renovables: El desarrollo de grandes plantas bajo criterios de inclusión territorial”. Fundación Renovables. Mayo 2021.

Nota 2:

 Este es un artículo de autor de Mariano Sidrach de Cardona y no tiene por que coincidir, exactamente, con la opinión de Verdes Equo Andalucía.

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