Este jueves, nuestra diputada Carmen Molina y el eurodiputado Jordi Sebastiá han explicado en un acto frente al Parlamento andaluz los beneficios de priorizar el desarrollo rural frente a las ayudas directas. Estamos convencidos de que la agricultura y ganadería de calidad y ecológicas son el futuro, y por ello peleamos. Y la PAC debe orientarse a esos objetivos.
Nuestra coportavoz y parlamentaria, Carmen Molina, y el eurodiputado del Grupo Verde Europeo, Jordi Sebastiá, han rechazado este jueves en un acto en Sevilla el desigual reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), que actualmente “parece más el reparto de un botín entre grandes familias y terratenientes adinerados que un instrumento al servicio de quienes realmente lo necesitan”.
Nos hemos ido hasta las puertas del Parlamento andaluz para exponer la necesidad de implantar una nueva política agraria que promueva un modelo a la altura de los retos sociales y ecológicos del siglo XXI, abandonando el monocultivo y apostando por la diversidad agrícola, el mercado de proximidad y una producción de calidad.
Para Carmen Molina, que ha destacado la importancia del sector agrícola en un territorio como Andalucía, “tenemos que acabar con este reparto que sólo beneficia a la agroindustria y a los grandes latifundios” e impulsar “ayudas que se destinen a la agricultura y la ganadería ecológicas, extensivas y familiares, y en pro de los bienes comunes y de la soberanía alimentaria”.
En lo que respecta a los pagos directos de la PAC a explotaciones, desde EQUO Andalucía y el Grupo Verde Europeo exigimos un cambio en el sistema que sustituya los pagos por derechos históricos por pagos base asignando derechos por superficie, con el fin de “evitar que el grueso de las ayudas se concentre en manos de unos pocos”. Así, consideramos que se debe poner un techo a lo que se puede percibir por explotación, que habría que primar una política agraria respetuosa con los animales –no subvencionando actividades relacionadas, por ejemplo, con la tauromaquia-, o la necesidad de aplicar un enfoque de género a la concesión de ayudas, visibilizando la labor de las mujeres en el ámbito rural, entre otras medidas.
“En el reparto de las ayudas de la PAC hay que buscar un vuelco y priorizar el desarrollo rural frente a las ayudas directas”, ha explicado Jordi Sebastiá, que ha recordado la lucha del Grupo Verde Europeo para modificar el Reglamento de Agricultura Ecológica de la UE. “El modelo debe ser la agricultura de calidad, promoviendo todo lo posible el kilómetro cero –lo que no quiere decir que productos como la naranja o el aceite no se puedan exportar- y el acercamiento de los productos, con lo que logramos abaratar los costes tanto para los productores como para nuestros suelos, al existir una menor dependencia de conservantes y productos químicos”.
Trabajo desde Europa
Para el eurodiputado, la reconversión del sector agrícola tanto en España a nivel general como en Andalucía a nivel particular tiene que ser paulatina pero firme, y contar con la ayuda de Europa. “No le puedes imponer a un agricultor, por ejemplo, que deje de utilizar el glifosato sin ofrecerle alternativas”, señala Sebastiá, que asegura que el trabajo de su grupo, frente al de quienes están obsesionados por convertir a Europa a una superpotencia exportadora, se centra en “afianzar la agricultura ecológica como alternativa real y evitar la despoblación y el envejecimiento de las zonas rurales”.
EQUO y el Grupo Verde Europeo, del que formamos parte, rechazamos así de manera rotunda tanto “la competencia desleal por parte de terceros que no se atienen a nuestras normas de producción pero sí venden en nuestros países” como “la resión de la cadena de comercialización, que impone sus condiciones y obliga a nuestros agricultores a vender en muchos casos por debajo del precio de coste”.