La fracturación hidráulica o fracking, consiste en extraer gas de pizarra, o esquisto, utilizando un procedimiento que resulta más costoso y contaminante y menos rentable energéticamente que la extracción de gas convencional. Se perfora verticalmente a gran profundidad hasta alcanzar la pizarra y se continúa perforando horizontalmente algo más de un kilómetro. Finalizada esta operación, se provocan micro explosiones controladas que fragmentan la pizarra. A continuación se inyecta, a elevadísima presión, un líquido compuesto de miles de toneladas de agua dulce, arena y multitud de compuestos químicos, altamente peligrosos y contaminantes, que continúan fragmentando las rocas hasta poder extraer hidráulicamente las burbujas de gas acumuladas entre las rocas poco porosas e impermeables de la capa de pizarra.
En el proceso de reflujo o de retorno a la superficie (sólo se recupera entre un 15 y un 80% del fluido inyectado, el resto queda en el subsuelo), se liberan enormes cantidades de residuos altamente cancerígenos y mutagénicos como son metales pesados (mercurio, plomo, arsénico, cadmio,…) y elementos radiactivos (radón222, radio226, uranio238,…) contenidos en la pizarra.
En consecuencia y como han demostrado diversos estudios de referencia el proceso provoca, entre otros, una serie de impactos socio-ambientales, entre los que destacan:
1.-Gravísimas consecuencias para la salud humana pudiendo generar enfermedades cancerígenas y mutagénicas, malformaciones en los fetos, etc.
2.-La destrucción del medio ambiente
3.-La contaminación atmosférica y la fuga de gases de efecto invernadero
4.-La contaminación y toxicidad de las aguas subterráneas y de superficie.
5.-Sobreexplotación de acuíferos y otras fuentes de agua potable en competencia directa con las poblaciones afectadas y sus actividades agrícolas y ganaderas.
6.-La transformación y destrucción del paisaje, con la desaparición de su fauna y flora.
7.-El aumento del transporte de vehículos pesados durante las 24 horas del día con el consiguiente riesgo de accidentes y contaminación acústica
8.-La contaminación de la tierras por acumulación de residuos tóxicos
9.-El incremento de la actividad sísmica y de destrucción del territorio
Además, consideramos la explotación de los gases no convencionales como un paso atrás en el camino hacia el cambio de modelo energético que debe abandonar de manera urgente la utilización de combustibles fósiles. Las energías renovables, la eficiencia energética y ante todo la reducción del consumo constituyen una mejor vía factible hacia un futuro saludable y sostenible desde el punto de vista socio-ambiental. Entendemos cualquier inversión en energías contaminantes como un retroceso que vulnera los compromisos asumidos en materia de sostenibilidad.
Por todo ello debemos prohibir, en todo el territorio andaluz, el uso de esta técnica extractiva y suspender todas las actividades de prospección, exploración, investigación y explotación de hidrocarburos no convencionales que supongan la utilización de la fractura hidráulica y, por consiguiente, a no autorizar ninguna nueva solicitud y derogar las previamente autorizadas.
Así mismo instar a los parlamentos y gobiernos español y andaluz a la aprobación de una ley que prohíba el uso de la técnica extractiva de la fractura hidráulica (fracking), en aras al principio de precaución, dados los riesgos que conlleva para la salud de las personas, la economía local y el medio ambiente.