Día del Trabajo: Andalucía no puede seguir siendo la tierra del paro, y hay muchas oportunidades
Hay quien dice que la crisis ha acabado, pero tras diez años del inicio de la crisis, Andalucía tiene un 23% de paro, cerca de 8 puntos por encima de la media española: la tasa de paro mayor de todo el Estado y una de las mayores de toda la Unión Europea. Tenemos casi un millón de parados y paradas sobre una población activa de 4 millones de personas.
La Renta Básica Universal, el reparto del empleo, la gestión del tiempo libre derivado de una necesaria reducción de la jornada, la importancia del sector de los cuidados o la cada vez más urgente transición del sistema económico y, laboral y social, deben ser términos que se han de incorporar cada vez más a las negociaciones y reivindicaciones sindicales.
Las políticas destructoras de los derechos laborales en un contexto de consolidación digital y crisis económica han precarizado el empleo, aumentado la tasa de temporalidad, bajado los salarios y fomentado el empleo sumergido. Las reformas laborales nunca van encaminadas a crear un marco normativo de fomento del empleo si no que ha provocado un mayor desempleo y precariedad.
Por todo lo anterior, desde EQUO VERDES en Andalucía apostamos por un nuevo modelo productivo para la creación de empleo. Este nuevo modelo productivo exige cambios estructurales en el empresariado andaluz encaminados a su capacitación profesional, a su renovación. También el mundo laboral está necesitado de una recapitalización de sus conocimientos. Por otro lado, el sector público deberá reestructurarse para responder ágilmente a las nuevas necesidades. Y, por último, el sector financiero está obligado a reorientarse, haciendo que la financiación llegue a los proyectos dirigidos a esa nueva economía y creación de empleo.
Es necesario potenciar el empleo verde e impulsar los sectores emergentes como palancas de nuestro desarrollo económico y del cambio de modelo productivo, representadas por la agricultura y ganadería ecológica, la silvicultura, la aeronáutica, las energías renovables, la movilidad sostenible, los servicios sociales, la biotecnología, la salud, las tecnologías de la información y la comunicación y las industrias culturales, son un potencial industrial válido para nuestra región.
Una economía baja en carbono, que reduzca el consumo de energía y ayude a paliar las consecuencias del cambio climático, nos llevan irremediablemente a unos empleos de mayor calidad, estabilidad y cercanía al lugar de residencia.
En Andalucía los nuevos yacimientos de empleo no están en que vengan más multinacionales a explotar nuestra tierra y exprimirla, sino que están en las múltiples oportunidades en el medio rural: sectores como la rehabilitación de viviendas, los servicios a personas en zonas envejecidas, la agricultura y ganadería ecológicas, los servicios medioambientales, los aprovechamientos forestales, la industria agroalimentaria, la producción de energía con biomasa, la conservación y gestión de los espacios naturales o los servicios turísticos sostenibles y de ocio, servicios de ahorro y eficiencia en el uso del agua, las empresas de servicios energéticos.
Además, vivimos en un planeta que no es infinito y, por tanto, no hay empleo para que todas las personas estén produciendo a todas horas. Es el momento de buscar e implantar fórmulas que permitan trabajar menos horas y emplear a más personas, para lo que es necesario incentivar acuerdos voluntarios de reducción de jornada laboral con la incorporación de más personas al trabajo.
Finalmente, hay que garantizar y priorizar el acceso a empleos dignos de la gente más joven, que tengan un primer empleo y que nos les deje en la pobreza y la explotación. Es imprescindible la igualdad de oportunidades y salarios entre hombres y mujeres. Y, por supuesto, abrir puertas y dar facilidades de empleos todas las personas respetando y adaptando lo que sea necesario desde el punto de vista de la diversidad funcional.