A lo largo del día 8 de marzo se van a desarrollar diferentes manifestaciones en las que se conmemora y se trae al presente la lucha de las mujeres por la igualdad y por poner en valor el papel de la mujer a nivel internacional. Lucha que en el momento que estamos viviendo no puede dejar de vincularse a la injusta reforma laboral, especialmente lesiva para la mujer trabajadora.
Con el objetivo de lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, en Equo se ha elaborado a través de la Red de Mujeres Equofeministas, un Manifiesto que a continuación planteamos:
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es particularmente relevante ya que coincide con la entrada en el Congreso de los Diputados del RD/3/2012. Una reforma que, lejos de contribuir a la creación de puestos de trabajo de calidad, precariza aún más las condiciones de trabajo de la clase trabajadora y supone un retroceso en materia de derechos laborales y sociales así como un ataque en toda regla al Estado del Bienestar.
Estado del Bienestar que está siendo progresivamente desmantelado como consecuencia de las políticas de reducción de gasto y de ataque a los servicios públicos, sector ampliamente feminizado.
Por otro lado, la desaparición de los servicios que el Estado deja de prestar, devuelve a las mujeres a los hogares ya que como bien sabemos, el trabajo doméstico y de cuidado a personas dependientes, lejos de determinarse bajo parámetros de co-responsabilidad, sigue recayendo sobre nosotras.
Asimismo, la crisis económica ha servido de excusa para destruir servicios y organismos en materia de igualdad y en atención a las víctimas de violencia de género. La desaparición de la Dirección General de la Mujer como organismo autónomo, de centros municipales de atención a la mujer, la eliminación de Juzgados de Atención a víctimas de violencia, etc, imposibilita la prestación de un servicio de calidad y debilita el compromiso con la igualdad.
Con esta Reforma, entre otros aspectos, no será posible arbitrar medidas de acción positiva, se ponen en peligro los Planes de Igualdad vigentes y se dificulta la negociación de otros nuevos, además de recortar derechos como los de reducción de jornada o el uso del permiso de lactancia. Además de estos elementos, será imposible que las mujeres concilien la vida personal, laboral y familiar al aplicar las horas extraordinarias a la contratación a tiempo parcial, horas que no se pueden rechazar como en el caso de las horas complementarias. Será el empresario el que determine las horas de trabajo, desapareciendo la negociación y eliminando posibilidades como la acumulación de las horas.
Asimismo, se suprime la posibilidad de solicitar un permiso urgente para cuidar a un hijo o familiar, obligándose a avisar con 15 días de antelación.
Además, la regulación del teletrabajo se utilizará como la solución a los problemas de conciliación de la vida laboral y familiar. Esto es, el avance hacia la igualdad real entre mujeres y hombres se detiene, se aparta a la mujer del mercado de trabajo remunerado, situándola como responsable de las tareas domésticas y el cuidado de menores y familiares, con las repercusiones de salud laboral y personal que tiene para las mujeres, y la pérdida de eficiencia económica que implica para el conjunto de la sociedad.
Este 8 de marzo, más que nunca, denunciamos la desigualdad de sexos en el mercado laboral, el paro femenino que alcanza el 23,3 %, una brecha salarial en torno al 22% con mayor temporalidad y tiempo parcial, segregación ocupacional, dificultades en la promoción, techo de cristal y menores prestaciones por desempleo.
Es por esto que, desde Equo, llamamos a toda la sociedad a participar en las manifestaciones que hoy, 8 de marzo, se celebren por todo el país y oponernos, frontalmente, a la reforma laboral y al desmantelamiento del Estado del Bienestar.
Ahora más que nunca es necesario luchar por la igualdad entre mujeres y hombres, y por nuestros derechos.