En cada visita al Museo Casa Ibáñez, en Olula del Río, se produce una nueva convulsión que entra como un látigo al tejido neuronal. No dejan indiferentes las nuevas exposiciones ni, por supuesto, las permanentes que siguen de rabiosa actualidad. La sala de los putrefactos es una reflexión a la realidad artística y social caduca y hedionda que llevamos arrastrando en España y, por supuesto, en nuestra provincia menospreciada por sus saqueadores-gestores. El concepto de putrefactos, cuenta el pintor almeriense, parte de Lorca y Dalí, que hacen referencia a la caducidad del arte, del mundo y de la política, que está descompuesta y llena de vacíos, para Andrés G. Ibáñez “es todo aquello que está muerto o se resiste a morir”.
Putrefactos, son los que pertenecen a una casta de mediocres que, durante años, se han ido asentando como percebes a las rocas. Una colonia de emponzoñados con allegados que parece no tener fin. Han ido colonizando con prebendas y amancebamientos nuestros órganos democráticos, y con la genuflexión llegan a lo excelso en lo que es nuestra “menara de conocimientos”: la Universidad. Los casos de putrefacción aparecen en todas las direcciones, por lo que tanto el viento de levante como el de poniente nos traen el olor nauseabundo de sus operaciones. Rafael Alberti, en la “arboleda perdida” dice: “El putrefacto… es todo lo caduco, todo lo muerto, y anacrónico, que representan muchos seres y cosas… y es lo que nos impide el claro avance en nuestra época”.
El cinismo político al que estamos sometidos hace que cada pleno sea un: “¡Y tú más!”, lleno de aspavientos y subidas de tono. Hasta los escolares que asisten llegan a la conclusión: “Todos se gritan y nadie pone soluciones a los problemas”. Los medios de comunicación locales van sacando escasamente el olor a fétido. Los casos de especulación urbanística, los trapicheos con nuestro suelo y con nuestro susceptible y admirado paisaje, se van descubriendo judicialmente, poco a poco, lentamente, como la formación de una estalactita a cuenta gotas; aunque en la trastienda la información corre veloz como el viento. Seguimos con reinos de taifas liderados por reyezuelos. La falta de regeneración política intensifica la putrefacción de la casta, que entiende la misma sacando a sus momias de los armarios. La falta de trasparencia y dignidad hacen aparecer casos de cheques, facturas falsas o presuntas extorsiones en cuentas donde se ingresaban las tasas por aprovechamientos de los recursos públicos, y no fue en un “despiste” sino en una batería de premeditadas retiradas de dinero público.
La imaginación de la casta carcomida vuela a lugares no visitados en forma de malversación y falsedad de documentos públicos, transformados en viajes o en otros conceptos. Y mientras nos piden más sacrificios descarnados, los depredadores siguen acampando a sus anchas, impunes y déspotas, como caciques de un tiempo ya olvidado, acompañados de “juntaletras” cómplices de sus fechorías que como perros pastores ladran a las ovejas. La realidad se muestra caduca y hedionda llena de vacíos intelectuales y creativos. “Y en la profunda oscuridad permanecía atónito” decía Edgar A. Poe, en “El Cuervo”. Lo corrompido, pútrido, sucio, rancio, marchito, inmundo, contaminado, infecto, agusanado: Todo parece oscuro en la ciudad de la luz.
Decía el poeta J.A. Valente de los almerienses y su resignación: “En gran parte, porque los ciudadanos de esta ciudad se han resignado a resignarse. O, en medida acaso mayor, porque no llevan las indudables virtudes que tienen como individuos al ejercicio de la ciudadanía.”
¿Reiniciamos la Democracia?
4 ideas sobre “PUTREFACTOS (por Mar Verdejo Coto)”
Acostumbro cada noche buscar webs para pasar un buen momento leyendo y de esta forma he encontrado vuestra web. La verdad me ha gustado el post y pienso volver para seguir pasando buenos momentos.
Saludos
hola aqui tienes un equo en berja q habla en tu idioma
Genial, Mar, como siempre. Al pan pan y al vino vino. Despertemos porque si no va a ser tarde, no van a dejar nada. Lo están destrozando todo como si luego pudieramos irnos a otro planeta a vivir. Y en el camino «sobres», «eres», rescates a la banca, favores y «re-favores». Como tú bien dices: putrefactos, y lo putrefacto se elimina y se sustituye. Reiniciemos
Me ha parecido magnifico tu comentario sobre los putrefactos.
¡A ver si nos modernizamos la gente de Almeria que tenemos ideas antiguas de momia! .Ser moderno no es ir moderno de ropa ,que para eso ya somos bastante pijos ,sino de ideas que hagan avanzar,