En 1978 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la semana del 24 al 30 de octubre como del Desarme. Se invitó a los Estados a poner de relieve el peligro que representa la carrera armamentista, propagar la necesidad de que cese y hacer que el público entienda la urgencia de las tareas de desarme.
Algunos datos del gasto armamentístico son escalofriantes: algunos países como Angola o Costa de Marfil invierten más del 40% de su presupuesto global anual en gastos militares y derivados. Ello reduce sensiblemente las inversiones en otras áreas como la sanidad, la educación, etc. Además, cada vez se reconoce más el efecto desestabilizador de los vínculos entre la violencia armada, el control deficiente del comercio de armas y municiones, el tráfico de drogas ilícitas, la debilidad de las instituciones y la corrupción. Ello redunda en un mal gobierno y escasa estabilidad social en este tipo de países empobrecidos, e hipotecados con lo militar.
Según Mar Verdejo, portavoz de Equo en Almería: “En Equo apostamos por una visión de la acción exterior del Estado volcada en la construcción de la paz. Abogamos por integrar las políticas de seguridad plenamente en la Política Común de Seguridad y Defensa de la Unión Europea”. Además, Mar añade que “es imperioso mejorar la coherencia de polí¬ticas, especialmente en lo que afecta a la polí¬tica de comercio de armas y el control de las empresas militares privadas”.
Juanse Fernández, otro de los portavoces de Equo afirma que “articulando un cuerpo civil de intervención y reconstrucción de Estados, convertiríamos a España en un activo constructor de paz, con capacidades propias enmarcadas en los esfuerzos de la UE y la ONU por resolver los conflictos por vías no violentas”.
Así, desde Equo se aboga por unificar las capacidades militares bajo un mando Europeo. Sin introducirnos en la eterna discusión pacifista de si debe haber ejército o no, hoy día la actuación militar debe tener la responsabilidad de proteger, ajustándose estrictamente al derecho internacional.
Hace poco tiempo el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, expresaba lo siguiente “Vamos a seguir insistiendo en lo que respecta al desarme y la no proliferación. Hagamos realidad el sueño de un mundo libre de armas nucleares”.