La ciudadanía cordobesa hemos venido sufriendo desde hace mucho tiempo la presencia de la cementera en nuestra ciudad, el polvo del cemento cubría nuestros techos y se colaba por nuestros pulmones. Con la llegada de la democracia comenzamos a quejarnos de esta agresión y en lugar de trasladar la fábrica lejos de núcleos habitados se optó por aumentar la efectividad de los filtros, algo que fue perdiendo eficacia a medida que aumentaba la demanda de cemento para abastecer la burbuja inmobiliaria. Con la explosión de esta burbuja se reduce la demanda de cemento, lo que coincide y tiene relación con el incremento del precio de los combustibles.
Frente a esta situación, Cosmos, la empresa propietaria inicia el procedimiento para cambiar de actividad para enjugar pérdidas, la vía es transformar la cementera en una incineradora camuflada.
De esta manera, sin oposición municipal ni de la Consejería de Medioambiente, consigue autorización para quemar neumáticos, plásticos, lodos y otras basuras.
Esta autorización tiene una vigencia de cinco años y había caducado hace dos, Cosmos recurre la caducidad y sin nada que lo justifique el Viceconsejero de Medioambiente admite el recurso.
Con lo que de nuevo el peligro de la puesta en marcha de incineradora se cierne sobre Córdoba.
Esta nueva actividad supone un incremente del riesgo para la salud muy importante. Las incineradoras convencionales están diseñadas para este fin y por tanto para disminuir el riesgo de emisión de sustancias tóxicas, aún así no logran mantener niveles de contaminación inocuos y algunas se han tenido que cerrarse por esta razón, como Valdemingómez en Madrid.
Las cementeras solo están diseñadas para limitar las emisiones de polvo de cemento. Por ello quemar basura de todo tipo en una cementera incrementa las emisiones de sustancias tóxicas como metales pesados y productos de combustión incompleta, que incluyen compuestos tan peligrosos como las dioxinas y los furanos, además de incrementar la toxicidad de las cenizas e incluso del propio cemento.
Las dioxinas y furanos pasan a nuestro cuerpo por diversas vías: respiración, alimentación, piel,…
Estas sustancias son bioacumulables, es decir apenas se eliminan y se almacenan en nuestro organismo a lo largo de nuestra vida, o nuestra infancia será la que más sufra sus efectos al ser quienes más tiempo de su vida estarán sometida a esta agresión. Dioxinas y furanos están considerados como las sustancias más peligrosas para nuestra salud ya que entre otros efectos son cancerígenas.
Por todo lo anterior EQUO se opone totalmente a la apertura de una incineradora camuflada en Córdoba y le exige a la Junta de Andalucía que mantenga la caducidad de una autorización que nunca debió conceder y al Ayuntamiento de Córdoba que declare esta actividad como lo que es, nueva e incompatible con su presencia en la ciudad o sus inmediaciones.
Pepe Larios, coportavoz EQUO Andalucía
3 ideas sobre “Incineradora camuflada en el casco urbano de Córdoba”
Efectivamente esta cementera estaba en las afueras de cordoba de hecho sus canteras estan alli, no se debia haber construido viviendas alli y eso de q es una incineradora no me lo creo ya q he trabajado alli y nunca se a quemado nada vamos q no saben los controles q pasa la fabrica. Me da la sensacion q no se ha informado muy bien
La batalla contra la cementera es larga y la desidia y connivencia con las autoridades municipales y ambientales tambien. Ahora además cambia de actividad pasando a ser incineradora disfrazada.
La cementera estaba antes que los pisos, así habría que haberse quejado cuando se construyeron allí los pisos y de quien permitió que se hicieran allí, no ahora.