El movimiento Ciudades en Transición nace hace pocos años en Gran Bretaña para hacer frente a la crisis ambiental, fundamentalmente al Calentamiento Global y al Techo del petróleo. El objetivo de este movimiento es crear un proceso en nuestras ciudades que las dote de capacidad de resiliencia ante estas amenazas globales. En el actual momento de crisis económica y política en nuestro país habría que incorporar también como primordiales los objetivos de resiliencia económica y profundización democrática.
La propuesta se soporta en un proceso de participación social horizontal en el que las personas participantes analizan la situación de partida y diseñan y ponen en práctica procesos económicos y sociales encaminados a la consecución de sus objetivos. En este proceso se buscan las sinergias conscientes de las diferentes propuestas que ya existen en la ciudad y las nuevas que se impulsen.
El movimiento parte del pensamiento de que no debemos esperar a que los poderes públicos impulsen este cambio, si no que es la sociedad organizada la que realiza estos cambios y empuja a los poderes públicos a que los asuma e impulse. En definitiva a empoderarnos como ciudadanía creando nuevas formas, diferentes a las dominantes, que nos permitan la construcción de una ciudad más sostenible, justa, democrática, solidaria y equitativa.
Son muchas las propuestas que están en marcha, unas más desarrolladas, otras más incipientes y otras por construir ( cooperativas de consumidores y productores, cooperativas de energía eléctrica, banca ética, asociaciones de soberanía alimentaria, huertos urbanos, agricultura ecológica, comercio de cercanía, monedas locales, bancos de tiempo, mercados de trueque, slowfood, slow cities…).
Este proceso nos permite ser creativas, compartir nuestras ideas con las demás personas y evidenciar que somos capaces de transformar colectivamente nuestra realidad local en consonancia con respuestas a problemas globales y reforzar lazos sociales. Inyectar optimismo en un momento en el que parece cundir el desánimo frente a las agresiones que sufrimos la ciudadanía.
El actual modelo está colapsando y como un coche que se dirige a estrellarse contra un muro, tenemos que ver cuanto antes donde está para aminorar la marcha, ajustarnos bien los cinturones, proveernos de un buen airbag, el golpe no lo podremos evitar, pero si aunque el coche quede inservible, logramos salir andando por nuestro pie, no es poca cosa.
En este proceso podría estar interesada la mayoría de la ciudadanía, es posible ponerlo en marcha y que dé frutos. La puesta en marcha de la transición es necesaria si queremos una ciudad habitable, equitativa y sostenible. De otra manera el proceso de degradación de nuestra vida cotidiana se irá acelerando sin posibilidad de alcanzar los niveles de felicidad que para nosotras y para nuestr@s hij@s, niet@s deseamos.
Nos ponemos en marcha.
José Larios, miembro de EQUO