PARA SIR RIDLEY SCOTT: NUESTRAS NEGRAS SOMBRAS (por Mar Verdejo Coto)

Foto Mar Verdejo“El paisaje almeriense es un paraíso”. Esto ya lo sabemos pero ha sido titular porque el director de Exodus, Ridley Scott, ha confirmado que está enamorado de nuestro paisaje. Gracias Sir R.Scott: a nosotros aunque lo digamos millones de veces allende los mares, no nos hacen ni caso, pero unas palabras suyas han servido para que nuestros gobernantes aplaudan las mismas. ¡Gracias de nuevo! No lo digo con mi típica ironía que a veces tengo a la hora de escribir, sino de corazón, esperando que las imágenes que se lleva no tengamos que lamentar que no podrán volver a grabarse en los próximos años, le aseguro que muchas veces se nos va la vida en ello intentando defender lo que usted ya ama.
Nos gustaría poder disfrutar de sus localizaciones y decorados porque se pueden convertir en un gran yacimiento de empleo para nosotros y las futuras generaciones, pero en cuanto se vaya, en una de ellas, tendremos un campo de golf que es lo que los gobernantes han planeado. Qué le voy a decir en la situación que se encuentran muchos de ellos en mi provincia. Algunos están abandonados o apunto de quiebra, y aún así se quieren seguir construyendo más en la provincia. Si es posible, el domingo cuando descubra su estrella, de la que también me siento muy orgullosa de que haya aceptado, dígales, porque a usted le harán caso, que nuestro paisaje es único y que hay que protegerlo y potenciar sus recursos naturales. Pero qué va a pensar de un país en el que después de once años salen inmunes los responsables técnicos y políticos de la mayor catástrofe ecológica causada por el hombre en nuestras costas. Le cuento: un petrolero llamado Prestige se hundió un 19 de noviembre de 2002 frente a las costas gallegas. Tiñó de negro con 77.000 toneladas más de 2.000 km de costas españolas, portuguesas y francesas, en el cual murieron más de 200.000 aves y ni se sabe las muertes que causó a la fauna y flora que vive en el mar. Se estima el coste medioambiental del vertido en 1.000 millones de euros. Carlos de Paz, uno de los grandes fotógrafos que alberga nuestra tierra decía hoy en las redes sociales: “quisiera decir nunca mais, pero sé que es más fácil borrar el olor del chapapote del alma que conseguir erradicar la incompetencia, la estupidez y la prepotencia de algunos”. Sí, yo también tengo piedras en el corazón llenas de impotencia. No es tan improbable que esto vuelva a ocurrir: están planeando la perforación del Mar de Alborán estos mismos que, con otros nombres y empresas cubrieron de sombras negras el Atlántico y salen impunes de sus fechorías: como en sus películas, los malos no descansan.
No se lleve sólo en el equipaje nuestro paisaje y las negras sombras que le amenazan sino la esperanza de unos escolares de mi barrio que cuando ven imágenes de lo que le hacemos a nuestro planeta y a sus habitantes son capaces de interrumpir la clase mil veces por la indignación y el impacto que les producen las imágenes que ven. Ellos y ellas son la esperanza de esta tierra en el que los malos de la película no nos dejan descansar.

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