Desde hace algún tiempo venimos observando un sistemático ataque a los árboles que resisten en nuestra ciudad. Con podas salvajes y a destiempo se está poniendo en peligro la supervivencia de estos callados vecinos que nos aportan mucho más de lo que nos piden a cambio.
Si no lo paramos pagaremos las consecuencias.
Un árbol no es un mueble, es un ser vivo que necesita que se respeten sus tiempos y sus necesidades vitales. Hagamoslo, máxime cuando somos los primeros beneficiados de su presencia en nuestras calles.
Te lo explican en este vídeo nuestras compañeras Cristina, Pepa y Sara.