Antonia Gómez Grande (a título personal, individual, y bajo ningún organismo ni compañía).
Tal día como hoy, 4 de Septiembre, hace justo 1 año, algo más de 300 personas se plantaban frente a la puerta de la Consejería de Cultura, en Sevilla, con tarjeta roja en mano y silbato en boca, pitando a golpe de pulmón al consejero de cultura en protesta por la lamentable situación por la que está pasando la cultura y solicitando a dicho consejero una cita para proponerle de manera amistosa, unos cambios o acuerdos, escritos en un documento que denominamos “Decálogo” con el fin de reajustar las decisiones tomadas, por aquel entonces, por parte de la empresa pública y la consejería de cultura. Por cierto, que esa cita, que reclamamos meses después, no ha tenido lugar, pero estamos expectantes a que ese encuentro se pueda realizar.
Era aquel día, hace hoy un año, la presentación en sociedad del –colectivo o plataforma o movimiento o asociación o grupo (nunca quedó claro su distintivo): “ActuAcción, la cultura se mueve”.
Un movimiento más de entre tantos que surgieron hace un año en todo el país para darle voz a todo el sector cultural y con esta voz, la protesta.
Yéndonos a dos meses antes de esta fecha tan señalada; todo empieza cuando sale la noticia de la subida del IVA al 21%, ciertamente ese fue el detonante que a las propulsoras de ActuAcción hizo que ellas mismas convocaran, vía facebook, a todo el sector cultural, para hacer piña, reunirse “juntos como hermanos” y salir a la calle a protestar como cualquier otro sector profesional. Y hacer ver que esta profesión es tan necesaria como cualquier otra, y que también muchas familias viven de esta profesión.
El sector, respondió a esta convocatoria, estábamos todos con muchas ganas de que se nos oyera, muchas ganas de gritar.
Era junio, gran parte del sector estaba -o en paro, o de vacaciones-… así que las reuniones se convirtieron en asambleas, con todos su miembros “asamblearios”, con sus actas y con sus orden del día… así que asamblea tras asamblea se fueron sumando cada vez más “afiliaos”, sin distinción jerárquica, sin que se identificara ninguno como asociación o compañía o empresa pública o privada… era sólo nuestro nombre lo que nos identificaba, éramos todos “juntos como hermanos”…
Cuándo la cosa llegó a tal cantidad de “activistas”, había una cierta obsesión que se hacía cada vez más latente reunión tras reunión, y era definir nuestro objetivo común ¿Qué buscamos todos?… la famosa punta de lanza… En este mar de dudas por encontrar el objetivo común, salió de pronto la noticia por parte de la empresa pública de la suspensión irrevocable del circuito andaluz de teatro, un circuito que da de comer a muchas compañías, y de pronto cortaron de cuajo, sin indemnización alguna a todas aquellas compañías que podían tener resuelto los últimos meses del año… Pero, corría el rumor que, en contraposición a esta suspensión, el consejero de cultura tenía en mente llevar a cabo un circuito nuevo, se trataba de un circuito por los teatros romanos de Andalucía…
Tras esta bomba de relojería llegamos a ser más de 300… y ojo al dato, la que inició este movimiento, gritaba en las asambleas de manera desmedida, su desacuerdo con este nuevo circuito romano, a pesar de que ella misma decía que esa protesta era tirar tierra sobre su propio tejado, ya que casualmente ella tenía una producción teatral que encajaría a la perfección en este nuevo circuito… Pero en ese momento la injusticia y la incoherencia le podía más… Entonces, casi por unanimidad, la tan ansiada punta de lanza cogió forma, ¿cuál era el objetivo? Recuperar el circuito, que no saliera adelante el romano… por supuesto que la empresa pública pagara todo el dinero atrasado, y ya puestos, no acogerse a la subida del IVA.
Como la cosa parecía seria, empezamos a organizarnos por comisiones… unos se encargaban de crear las acciones-manifestaciones en la calle, otros llevaban la parte de contenidos donde se le dio forma a la “punta de lanza”, en una relación de 10 peticiones concretas a la consejería de cultura para el bien común de todo el sector, el arriba mencionado “Decálogo”; se creó también la comisión de prensa, hubo intentos de comisión de abogacía y de financiación… pero para financiar este movimiento, sólo llegamos a pasar la gorra después de cada asamblea, y con ese dinero podíamos hacer las fotocopias del Decálogo y hojas de firmas, que de manera muy organizada se hicieron turnos para recoger firmas en la calle para que el público se sumara a esta causa. Todo se desarrolló de manera muy cordial y organizada, empleamos para ello todo el verano, época de paro en general y/o vacaciones… así que teníamos todo el tiempo del mundo. Estuvimos preparando nuestra presentación en sociedad, nuestra presentación de nuestro decálogo, nuestro manifiesto, nuestro logo, nuestra pancarta, nuestros silbatos, nuestras tarjetas rojas, nuestra chapita identificativa
Llegó el día 4 de Septiembre, tal día como hoy, y esos trescientos liderados por los representantes de cada comisión, fuimos camino de la consejería de cultura a pitar en la puerta, todos muy enfadados, y muy calientes inventamos todo tipo de eslogan en contra de los representantes de la cultura… Entre tanto slogans, hay uno, que me quedó grabado…uno que rima con romano… o con Luciano….
Después hicimos diversas acciones en la calle, conseguimos 3000 firmas, nos atendió el presidente del parlamento, contactamos con otros movimientos en el país, hacíamos hasta manifestaciones “a domicilio” en apoyo a otros organismos del sector, hicimos unas jornadas para reiniciarnos, y hasta nos concedieron un premio…
Y llegó el crudo invierno, con ello el frío… y con el frío la incertidumbre , la preocupación por cómo vamos a salir adelante, y por tanto el miedo… lógico… ¿lógico?…
La lucha seguía, pero cada vez de manera más individual, más personal, más según las necesidades propias de cada uno… con más o menos miedo…
Y de 300 activos pasamos a casi 30… de 30 a 10… y ahora, ActuAcción sigue viva, por supuesto, pero “activistas”, lo que se dice “activistas”… 6 ó 7, ó 5… ó 3.. ó… bueno… está bien… ActuAcción somos todos… como decía la promotora de todo este engranaje… Así que sigue vivo, así que pululando por ahí…
Justo un año después, todos los que pasaron por aquí de manera directa, o indirecta, o supieron de este movimiento, que haga “inventario”, si quiere, de todo lo que ha pasado en estos 12 meses en la cultura, o en todo el sector cultural, o entre todos los 300 que un día se unieron “juntos como hermanos”… y que saque sus propias conclusiones…
Yo, por mi parte, la que un día inició esto, la que un día gritaba desgañitada y sin control, que estaba absolutamente en contra de todas las decisiones de la consejería de cultura, la que un día pitaba en la puerta de la consejería de cultura y con tarjeta roja en mano cantaba el famoso eslogan que rima con romano, he acabado, 365 días después, en un teatro romano dentro de cierto circuito romano, y vestida de romana… lo que es esta vida…
Yo ya tengo mis propias conclusiones.
ActuAcción, la cultura se mueve y se re-mueve.
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