Tauromaquia todo gratis para sobrevivir

La Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, cuyo responsable es la socialista María del Mar Téllez Guerrero, apuesta por la “Cultura” del Maltrato Animal al ser partícipe de la Semana Cultural Taurina organizada por la página web Puerta de los Califas con el patrocinio de Cajasol y la colaboración de la Diputación.

Atrás se queda la moción aprobada con los votos del PSOE, IU y Ganemos de no apoyar actividades que impliquen maltrato animal en la ciudad de Córdoba. Tras el revuelo organizado por el torero-concejal del PP en el pleno del Ayuntamiento y el acto de intimidación provocado por los activos de la farándula taurina en la Diputación; la delegada de cultura convierte por arte de magia el maltrato animal en cultura cediendo gratuitamente el Museo Municipal Taurino para dicha actividad.

Dejaremos claro que los espectáculos taurinos son un ejercicio de maltrato animal legalizado. Si alguien es capaz en su conciencia de no advertir dolor, sufrimiento y tortura en la aplicación de banderillas, puyas, estoques, o al ensogar a un bóvido o hacerlo correr por unas calles empedradas y resbaladizas hasta agotarlo y matarlo es que no hemos avanzado lo suficiente como sociedad que respeta la vida de otro, aunque esta sea de otra especie que ni tan siquiera tiene acreditada su adaptabilidad al uso al que se le destina.

Cultura no existe en Tauromaquia sin negocio. Es, de hecho, el negocio privado más subvencionado. Dicha actividad mercantilista es muy reciente, sobre el siglo XIX, con la participación de ganaderos, toreros profesionales, empresarios y apoderados. En los negocios de iniciativa privada, la empresa es quien debe arriesgar su propio capital en la producción, promoción, distribución y venta de sus productos con el objetivo de obtener beneficios. Con dinero público se sufraga total o parcialmente la construcción, reparación y mantenimiento de las plazas de toros, las actividades que incluyen conferencias y coloquios, los certámenes y mesas redondas, exposiciones, publicaciones, festejos taurinos de diversa índole, corridas de toros, novilladas y becerradas, las escuelas taurinas y la intervención de los alumnos, las corridas de beneficencia y festivales, las retransmisiones de radio y televisión, la promoción y difusión de los festejos, las ganaderías y las dehesas, las peñas taurinas, las entradas, etc.

Recordar, simplemente, que en la Comunidad Autónoma de Andalucía las competencias en materia de espectáculos taurinos las tiene la Dirección General de Interior, Emergencias, y protección Civil. No las tiene ninguna Delegación o la Consejería de Cultura y que la Tauromaquia se encuentra al mismo nivel del Servicio de Espectáculos Públicos y Animales de Compañía. Por esto mismo nos alarma la incongruencia de las Administraciones en cuanto a la diferencias entre lo que se permite al maltratar a un toro si lo mismo se le hiciera a un perro o a un gato, estaría prohibido y sancionado.

En la línea de todo gratis el “lobby taurino” consigue ventajas en el ámbito económico, fiscal, educativo y promocional igual que cualquier otro bien cultural del patrimonio histórico artístico. Las administraciones deben facilitar, estimular y difundir el conocimiento y aprecio por parte de los ciudadanos hacia los bienes de interés cultural, incluyendo la promoción de programas de divulgación en las escuelas y que la administración competente colabore en la investigación, documentación, conservación, recuperación y difusión, prestando asesoramiento técnico y concediendo ayudas económicas. También deben ser favorecidos con programas de inversiones y dotaciones presupuestarias, disfrutando de los beneficios fiscales que determinen la legislación del estado, la comunidad y las ordenanzas locales.

La Cultura no es algo que deba imponerse a la ciudadanía a sangre y fuego. El significado de la palabra Cultura tiene muchos matices. Desde el punto de vista de la etología se refiere a costumbres y actividades o comportamientos transmitidas de una generación a otra en un grupo de animales por imitación consciente de dichos comportamientos.

La Cultura no está en los genes, no se transmite por los genes, verdaderos artífices de lo que somos y hacemos. Como “organismo social”, mantenemos comportamientos que nos sirven como estrategias evolutivamente estables como, por ejemplo, el altruismo. La Tauromaquia y los espectáculos taurinos desparecerán porque la sociedad del siglo XXI las rechaza en su conciencia colectiva y, por ello, no deben ser alentadas, ni promocionadas ni regaladas.

Rafael A. Luna Murillo, veterinario y etólogo miembro de AVATMA y EQUO

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