En Sevilla más de 20.000 personas nos hemos vuelto a manifestar este domingo para reivindicar una sanidad pública universal de calidad.
La Consejería de Salud debe escuchar este grito multitudinario y garantizar tanto unas condiciones dignas para los trabajadores del sector como la calidad asistencial a los usuarios.
En Sevilla, así lo han reclamado los participantes en la manifestación que partía de las puertas del Palacio de San Telmo y que concluyó en la Plaza Nueva ante el Ayuntamiento en la Plaza Nueva, en las que EQUO ha participado de forma activa junto a otras formaciones políticas y colectivos profesionales y sociales. Y hemos estado porque reclamamos que se garantice una sanidad pública de calidad para todas las personas en Andalucía. Por ello, nos sumamos a las protestas convocadas.
“Esta mañana se ha vuelto a demostrar que, en la defensa de la sanidad, más allá de las siglas políticas o los emblemas sindicales, vamos todas y todos de la mano”, ha señalado la coportavoz de EQUO en Andalucía, Isabel Brito, que ha calificado de “éxito absoluto” las marchas que se han celebrado en las distintas ciudades andaluzas para entonar un grito multitudinario ante el que el Gobierno andaluz no puede seguir haciendo oídos sordos.
“Esperamos que la Junta escuche las reivindicaciones de la ciudadanía y exigimos que así sea”, ha insistido Isabel, que recuerda que entre las peticiones de quienes hoy se han echado a la calle se encuentran la necesidad de cubrir vacantes y sustituciones, recortar las listas de espera, aumentar el gasto por paciente y, en definitiva, garantizar tanto unas condiciones dignas para los trabajadores del sector como la calidad asistencial, gratuita y universal a los usuarios, una reclamación que suscribimos, exigiendo el fin de los continuos ataques que en los últimos años viene padeciendo la sanidad pública por parte de los distintos gobiernos.
Esta situación debe revertirse y para ello es imprescindible contar con la participación de ciudadanía y profesionales en la planificación y gestión de los servicios públicos. A los gobiernos y gestores que tenemos les sobra autoritarismo y les falta diálogo y transparencia. Posiblemente si explicasen y compartiesen mejor algunas decisiones se entenderían mejor, y si aceptasen las propuestas de mejora de los profesionales los servicios que se prestan serían mucho más eficientes.
En muchas ocasiones se trata sólo de gestionar con eficiencia, sin duplicar servicios de alta especialización ni invertir en megainfraestructuras que luego se mantienen en precario, sin los suficientes recursos materiales y humanos. La sostenibilidad y la ecología política debieran aplicarse también al ámbito sanitario, y para ello es fundamental que quienes lo dirigen escuchen las propuestas que, de la mano de la ciudadanía, podemos hacerles.