Por Esteban de Manuel Jerez,
coportavoz de EQUO Sevilla:
Si hay algo que el gobierno municipal presidido por Espadas puede y debe hacer antes de terminar su mandato es crear una red de transporte público de alta capacidad eficiente y no contaminante. Puede hacerlo porque es viable técnica y económicamente. Debe hacerlo porque es la medida que mayor impacto tendría en la calidad de vida de quiénes habitamos Sevilla y en la reducción de emisiones causantes del cambio climático.
El metro del siglo XXI se extiende por el mundo sobre ruedas de neumáticos, no sobre raíles, y en superficie. E iguala las prestaciones del metro subterráneo: en velocidad comercial, en capacidad de transporte de pasajeros, en regularidad.
Los vehículos tienen una atractiva imagen futurista y discurren por plataformas reservadas ubicadas en el centro de la calzada. Las estaciones, como las del tranvía, se disponen a nivel de los vehículos para permitir la accesibilidad universal y las puertas se abren todas a la vez para permitir la entrada y salida de pasajeros sin colas. Los pasajeros pican en la parada, como en el metro, o en el interior de los vehículos como en el metrocentro.
Los semáfaros “inteligentes” se encargan de que los vehículos no se tengan que detener en los cruces. Como no hay raíles ni túneles es una infraestructura increíblemente rápida de disponer. Y muy económica. Si la línea 2 del metro subterráneo cuesta 100 millones de €/km, la línea del metrobús de las más altas prestaciones, capaz de mover vehículos eléctricos no contaminantes con cable enterrado, cuesta 7 millones de €/Km. Y la podemos tener ya.
Ahora bien, si algo debería tener presente Juan Espadas es que el metrobús no es una solución de “mientras tanto”. Si las comprometidas líneas norte-sur y este-oeste no cumplen plenamente los requisitos que hacen del metrobús o BRT (Bus de Rápido Tránsito) una solución atractiva y eficaz puede cometer un error difícil de reparar, quemando la solución.
Si, como tememos fundamente, utiliza vehículos articulados como los que ya circulan, si el acceso a los mismos se produce formando cola con el autobús parado en las paradas, si estas no son todas ellas accesibles, si no circulan por una red separada continua y con prioridad en los semáforos, habrá defraudado a una ciudadanía que tendrá una solución a medias y que seguirá pidiendo un metro caro que nunca llegará y seguirá teniendo una red de autobuses insuficiente.
Aunque Espadas ha perdido más de un año precioso aún estaría a tiempo de hacer las líneas que compondrían la red básica de metrobús de alta capacidad, interconectada con la línea 1 de metro, con el metrocentro y con la red de cercanías. Una red que además de las comprometidas líneas Norte-Sur, de Pino Montano a Bellavista, y la Este-Oeste, que debería ir desde Torreblanca-Sevilla Este-Alcosa hasta Macarena-Cartuja, debería contar con líneas circulares exterior e interior. Puede hacerlo y probablemente de ello dependa en gran medida el éxito o fracaso de su mandato. Para ello tiene que dar el impulso necesario para recuperar el tiempo perdido y orientar bien el proyecto.
Una idea sobre “Semana de la movilidad: Queremos un metrobús de verdad, YA”
Todo no es cuestión de más dinero, que no hay, sino de mejorar la gestión y revisar las políticas de desarrollo de las que la educación es un instrumento esencial. En la enseñanza pública hay que desarrollar una formación profesional más conectada con las prácticas en empresas, y para ello fomentar la cooperación con las mismas. Otra línea estratégica es fomentar de verdad la descentralización administrativa que politiza y asfixia a los centros; y en tercer lugar incluyendo el desarrollo tecnológico en los Currículum. Y desde luego evaluar con transparencia los resultados. Sin rendición de cuentas solo se puede esperar rutina y despilfarro.