Estos últimos días se ha desarrollado en Lima la Cumbre del Clima, conferencia anual de Naciones Unidas en donde se intentan establecer compromisos políticos que sirvan para reducir tanto las emisiones de carbono como los efectos negativos que provocan otras técnicas mineras como el fracking. Si esto es así es porque nadie duda hoy ya de la existencia de un cambio climático.
Como siempre ocurre en estos casos, mezclados con quienes representan los intereses de la ciudadanía se encuentran también quienes actúan tan solo en favor de las grandes empresas petrolíferas, carboneras y de fractura hidráulica, a las que en nada conviene un horizonte de energías cien por cien limpias.
Ante esta situación, EQUO exige al Gobierno de España una posición ambiciosa y coherente con la resolución aprobada por el Parlamento Europeo el 26 de noviembre pasado, desde la que se aboga por que sean objetivos vinculantes para 2030 el 40% de eficiencia energética, por lo menos el 30% de energías renovables y una reducción del 40% de gases de efecto invernadero. Desde EQUO se exige al Gobierno que estos objetivos vayan acompañados de un cambio en las actuales políticas energéticas y de movilidad.
Por nuestra parte, desde EQUO Sevilla exigimos a la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento de nuestra ciudad y a la Diputación Provincial que, dentro de sus posibilidades de actuación en el ámbito autonómico y local, prohíban el fracking en todo su territorio de competencia y promuevan un cambio en su política general que contribuya a sustituir paulatinamente las energías fósiles por las renovables. Medidas de este tipo supondrían no solo la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía sevillana y andaluza, sino un descenso significativo en los niveles de paro de nuestra comunidad, puesto que, como se está demostrando en el resto de Europa, entrarían en nuestro tejido económico los nuevos modelos de empleo que la energía verde trae aparejados.
Finalmente, EQUO Sevilla pide a los partidos políticos que, para las próximas elecciones, incluyan en sus programas y asuman dentro de sus respectivos códigos éticos la sensibilización ciudadana ante el urgente problema del cambio climático y la importancia de actuar con medidas efectivas que reduzcan las emisiones de gas y las prácticas nocivas para nuestro planeta.
Ya no hay dudas científicas sobre el calentamiento de la tierra: la reducción de la biodiversidad, el aumento de la temperatura media, la extinción de especies, la reducción de agua potable, el éxodo de poblaciones enteras, el aumento de los problemas de salud así lo atestiguan. Hay, a pesar de todo, una buena noticia: estamos a tiempo de actuar y salvar nuestro planeta. ¡Actuemos! Exijamos a nuestros representantes políticos que legislen en beneficio de las personas y del planeta y hagan frente a los intereses de las grandes multinacionales y de las grandes compañías energéticas que solo buscan un beneficio inmediato y económico.