De nuevo la noticia cae como un mazazo sobre la actualidad sevillana. Un mazazo esperado y que nos llega silencioso, cada día. Este 4 de noviembre, las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo han hecho públicos los datos de paro del mes de octubre. No nos resignamos a escuchar mes tras mes los datos del paro como si no pasara nada cuando hay políticas que sí son útiles para salir de esta situación.
Y son unos datos dolorosos pero que no sorprenden, unos datos que son hijos de la precariedad con la que, ley a ley, el gobierno del PP condena a la sociedad española al miedo al desempleo, a la subsistencia y a la miseria. A nadie sorprende ya que en un mes de octubre el paro suba a escala tanto provincial como nacional. Que en Sevilla el paro aumente en 2.743 para alcanzar un total de 247.960 sin empleo está en la línea de lo esperable en el trágico marco actual de nuestra sociedad. Tampoco sorprenden los 1.044.155 desempleados en Andalucía con las 15.058 nuevas incorporaciones en listas oficiales del paro.
Sin embargo, hay algo que llama la atención en estos datos, como ya ocurría con los datos de meses anteriores, y no es el empleo que se destruye, sino el tipo de empleo que se crea. Poco ha tardado hoy De Guindos en llenarse la boca con declaraciones sobre los supuestos 300.000 empleos más desde octubre del año pasado. Un hábil juego de “matemagia” que rápidamente se desvela cuando analizamos que del total de los 753.509 nuevos contratos en Sevilla, el 96,06% son temporales y tan sólo el 3,94% son indefinidos. Si lo contrastamos en el ámbito de Andalucía, de las 3.346.542 nuevas contrataciones 3.222.655 corresponden a contratos temporales y únicamente un discreto 3,7% del total son indefinidos.
A este escenario de precarización del mercado laboral es adonde nos llevan las políticas de nuestro actual ejecutivo. Se pone en evidencia el engaño al hablarnos de unas cifras de desempleo, callando el fondo, sobre el tipo de empleo por el que se están sustituyendo las contrataciones en condiciones dignas. Una situación de auténtica emergencia social ante la que en EQUO Sevilla no podemos permanecer callados.