La Ley de Dependencia, de por sí insuficiente, ni siquiera se aplica adecuadamente, y en el diseño de nuestras ciudades aún no se tiene realmente en cuenta la diversidad humana.
Desde EQUO Andalucía hemos reclamado esta semana más atención a las necesidades de las personas con distintas realidades funcionales, que acaban un año más como las grandes víctimas de la crisis. Durante este 2016 las personas con diversidad funcional han vuelto a ser las grandes olvidadas en unas políticas que no sólo no las han tenido en cuenta, sino que han vuelto a recortar en iniciativas que promueven la igualdad real.
Para nuestra coportavoz, Isabel Brito, pese a que en las últimas semanas hemos visto cómo se ha querido poner en valor como un gran logro la Ley de Dependencia, «la misma no puede considerarse ni mucho menos un éxito”. Y no puede porque una ley que no promueve la autonomía ni la vida independiente de quienes necesitan apoyo, sino que “pretende perpetuar las responsabilidades del entorno familiar –especialmente de las mujeres- o crear una red asistencial en precario es una ley abocada al fracaso”.

Frente a un sistema que malpaga a trabajadoras y sólo enriquece a las empresas del tercer sector; cubre necesidades sólo en parte, impidiendo la independencia tanto de la persona con diversidad funcional, como del familiar que habitualmente no tiene más remedio que quedarse a su cargo; y carece de la regulación necesaria para garantizar las condiciones tanto de quienes lo prestan, como de quienes lo reciben, desde EQUO apostamos por políticas que promuevan de forma efectiva la independencia de estas personas, y una legislación que contemple, frente a la subcontratación en precario actual, el pago directo a los usuarios para que sean ellos quienes gestionen su asistencia personal, debidamente justificada con contratos y nóminas legales, bien mediante contratación directa o a través de pequeñas entidades gestionadas por los propios usuarios, llamadas Oficinas de Vida Independiente (OVI).
El sector de los cuidados puede y debe generar mucho empleo digno, estable, de calidad y no deslocalizable en los años venideros; por eso urge una nueva ley sobre Asistencia Personal que lo regule y garantice que todas las personas que lo requieran tengan acceso efectivo.
Asimismo, más allá del impulso a una legislación que garantice la asistencia a personas dependientes, lamentamos que la crisis haya paralizado las políticas que promueven el empoderamiento de las personas con diversidad funcional, que aún no son realmente tenidas en cuenta en el diseño de nuestras ciudades ni de nuestras redes de transporte. Así lo ha señalado Estela Martín, coportavoz de EQUO Málaga y miembro de las Juntas Directivas de VIAndalucía y FEVI, quien destaca la importancia de “facilitar el tránsito hacia la vida independiente y en comunidad de estas personas. Se trata de derechos fundamentales que se están incumpliendo, y que como tales hay que garantizar en todas y cada una de las políticas que impulsamos desde las distintas instituciones”.
EQUO apuesta por una alternativa político-social superadora del capitalismo y el productivismo que cuide de las personas al tiempo que lo hace del planeta, acabando con la educación segregada y garantizando los recursos suficientes en los distintos ámbitos para que socialicemos en la diversidad humana, para lo que resulta imprescindible diseñar para todas las personas, garantizando la accesibilidad y visibilizando –y asumiendo- la diversidad de funcionamiento del ser humano. .
No puede ser que las personas con distintas necesidades sean siempre las primeras víctimas de crisis y recortes, cuando es en ellas en las que más habría que invertir para garantizar que disfrutan de los mismos derechos que cualquier persona.