El turismo de sol y playa es uno de los más demandados en la época estival, lo que supone un importante foco de generación de ingresos. Sin embargo, en los últimos años estamos asistiendo a una progresiva mercantilización de nuestras playas.
La misma se está llevando a cabo mediate el desarrollo de múltiples actividades económicas como chiringuitos, alquiler de hamacas, patinetes o motos acuáticas, la venta ambulante, la oferta de masajes, e incluso la instalación de atracciones hinchables en el agua, ocupando un espacio que es de todos. Algunas de estas actividades además son de dudosa legalidad, y sin embargo las vemos año tras año.
La modificación de la ley de Costas impulsada por el PP ha servido para facilitar, aún más, el negocio en el litoral. La consecuencia inmediata que ha provocado esta ley ha sido la consolidación de decenas de chiringuitos en las playas españolas –y, por tanto, andaluzas- y la amnistía de miles de edificios situados en dominio público, muchos de los cuales deberían haber sido demolidos en pocos años.
El Algarrobico, que lleva años denunciado por organizaciones ecologistas y EQUO Almería, es uno de los ejemplos más emblemáticos, pero no es el único.
Según un estudio de la organización ecologista Greenpeace el 26% de la franja costera está urbanizada: 71.000 hectáreas de los 8.000 kilómetros costeros de España.

Uno de los paradigmas de este modelo de “encementado de la franja costera” lo encontramos en nuestra comunidad en Málaga, donde varios colectivos –entre los que también estamos como EQUO Andalucía y EQUO Málaga- se han posicionado contra el expolio del territorio –mediante la construcción de nuevas edificaciones- en la franja costera del área metropolitana de Málaga y municipios como Torremolinos, Alhaurín de la Torre o Churriana.
El área metropolitana de Málaga y de otras localidades de la zona son un ejemplo del crecimiento mal entendido, contemplando proyectos de gran impacto en el territorio que imposibilitan además la puesta en marcha de otras actividades más sostenibles y que permitirían el cambio hacia otro modelo productivo.
Por ello desde EQUO lanzamos una serie de propuestas de mejora, para hacer que nuestras costas y playas no sigan siendo un foco de turismo insostenible y especulación urbanística.
-Modificación urgente de la ley de Costas para asegurar la sostenibilidad de nuestro litoral protegiendo las zonas que aún no han sido urbanizadas.
-Aplicar las debidas sanciones a las construcciones ilegales.
-Comenzar cuanto antes a diseñar y aplicar una estrategia de adaptación al cambio climático en la Costa.