CERVANTEAR (por Mar Verdejo Coto)

Mar Verdejo Coto
Mar Verdejo Coto

La palabra cervantear aún no existe en el Diccionario de la Real Academia Española, pero pronto podremos leerla porque ahora le ponemos verbo a ciertas actitudes que pueden parecer coherentes tan sólo en el mundo de la utopía. El escritor e intelectual Juan Goytisolo, en su recién entregado Premio Cervantes, inventó esta palabra al referirse como Cervantear a: “la actitud del héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio de los jóvenes con el que actualmente vivimos. Si ello es locura, aceptémosla. El buen Sancho encontrará siempre un refrán para defenderla”.

¿Dónde encontramos a los nuevos Quijotes del siglo XXI? El escritor Felix Görmann dice en su “Adaptación de Don Quijote” que los nuevos Quijotes van en bicicleta y con hojas de firmas, para diferentes causas, en mano. Y en un lugar de Almería, de cuyo nombre no quiero acordarme, vive Manuel Pérez Sola, docente vocacional

que con “su gran corazón y generosidad lucha de manera incansable por la causas justas”, dice la arquitecta Carol García candidata de EQUO Almería a las municipales. Manolo tiene una plaza con su nombre en el pueblo donde fue durante años maestro; en esta plaza preside una estatua del famoso hidalgo de Cervantes. ¿Es casualidad? Mi madre siempre dice que las casualidades no existen y esta vez le voy a hacer caso. Nuestro quijotesco almeriense, que está en todas las luchas; “en ninguna destaca por sus intereses”, como me indica el estudiante de Trabajo Social Juan D. Gómez. “Es un referente en la lucha pacífica, afrontándolas siempre con humor y honradez. Siempre está viendo el lado bueno de todas las personas, por lo que le dota de cierto lado de ingenuidad”, destaca Miriam Cupido ecofeminista independiente en la candidatura de EQUO Almería. Manuel, con “lanza” en mano, lucha por la defensa de la ciudadanía que sufre los demoledores efectos de la crisis económica, social, política y medioambiental. Y con su constancia, en todo tipo de aventuras quijotescas, demuestra que su locura no es transitoria: ha sido capaz de levantar un bosque de más de 60.000 árboles en una zona yerma y desolada; y no tiene prisa por verlo crecer: son encinas que formarán bosque dentro de varias generaciones. Esta labor callada la plasma en todas las parcelas de su vida y con ella va frenando literalmente la desertificación tanto en el páramo ambiental, cultural y político. Dice Luis Vilar de él: “es una persona hiperactiva a la que me ha sido imposible seguir en todas sus facetas. Desconozco de dónde saca tanta energía, su mente es una continua fábrica de ideas que te arrollan como un torbellino”.

Cervantear también podría ser: “no resignarse ante la injustica”, dijo Elena Poniatowska, escritora y también Premio Cervantes, y para llevarlo a cabo serían necesarias personas que, como Manuel, sean: honestas, íntegras, creativas, cercanas, amables, sinceras, soñadoras, constantes, dialogantes, divertidas, cultas, que inspiren confianza plena, etc. El profesor de la Universidad de Almería, Juan Sebastián Fernández Prados, dice de él: “es un luchador hecho vida; patrimonio de la Almería comprometida; educador de los últimos para SER; canto a la libertad de pensamiento; ecología para la vida cotidiana; decano de los movimientos sociales; señor de la educación para la sensibilidad; infatigable luchador de sueños”. Si esta es la locura necesaria para transformar el mundo en un lugar más justo, equitativo y sostenible: la acepto; porque como fiel e infatigable escudera siempre tendré argumentos para defenderla.

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