Hay que echar la vista atrás y prestar atención a las pistas que nos va dejando la propia ciudad, porque como Sherezade, la cuentacuentos de la “Mil y una Noches”, nos va contando su historia sin quitar detalle: con sus grandezas y sus penurias. Vivir en una ciudad milenaria tiene sus responsabilidades, puesto que la Historia puede ser una oportunidad en vez de una carga como parece ser para las administraciones gestoras con responsabilidad en Almería.
Una vez más, en la ciudad, la conciencia social y el compromiso de la ciudadanía han puesto, como se suele decir “las pilas”, al Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía: no habían previsto la celebración del milenio de la Taifa del Reino de Almería. Como una breve pincelada histórica diré que, en el año 1014, Jairán entró en Al-Mariyya e instauró una Taifa independiente del Califato de Córdoba. Y así empezó el evocado esplendor de la ciudad, hasta que fue incorporada en el año 1237 al Reino Nazarí de Granada. Para que el lector tenga unas breves pinceladas de lo que se celebra este año y su importancia, recomiendo visitar la página web creada por la Asociación de Amigos del Reino de Almería (AMRA), donde diferentes colectivos y ciudadanos se han reunido para celebrar esta efeméride como se merece, ya que las instituciones no saben interpretar la importancia de los hechos históricos y las oportunidades que ello representan en la ciudad, no solo culturales, sino económicas y sociales. Almería la saqueada, Almería la desparecida, Almería la menospreciada: Almería, la olvidada. “La Diputación de Almería invirtió 120.000 euros entre los años 2009 y 2013 en el Milenio del Reino de Granada y la Junta de Andalucía 200.000 por cada ejercicio” dicen los medios locales, y en este momento recuerdo la famosa frase que nos ha llegado a través de los años que dice: “hasta que Almería fue Almería y Granada su alquería”.
No habrá otra ocasión de volver a celebrar tan importante onomástica de la ciudad, como no lo es volver a celebrar nuestros 16 ó 40 cumpleaños. Mientras, nuestros gestores siguen obnubilados con los Palacios de la Alhambra y con destruir todo lo que fuimos y somos, la ciudadanía de Almería nos ponemos manos a la obra para celebrar la memoria de la Ciudad Milenaria con la complicidad de La Alcazaba, que debería de ser el motor cultural de la ciudad por derecho propio. La conversación, entre la ciudad y La Alcazaba, se hace en gritos silenciosos y el Amanecer en la Alcazaba tendrá en las voces de los ciudadanos su altavoz.