La formación verde denuncia que ASAJA está cada vez más alejada de los valores de la sociedad, donde la caza es cada vez menos comprendida y practicada
EQUO plantea como una postura “cínica y sinsentido” que una parte del mundo rural se niegue a cumplir con las normativas europeas de protección de la fauna mientras reciben ingentes fondos de la Política Agraria Común
El partido verde EQUO ha denunciado de nuevo “la obsesión” de ASAJA contra el lobo ibérico, que le ha llevado a Bruselas a protestar por la posible declaración de dicha especie como especie amenazada y por los materiales didácticos que se están confeccionando dentro del proyecto LIFE “El Lobo en Andalucía: Cambiando Actitudes”, entre otras quejas recurrentes. Para la formación ecologista, el supuesto sindicato agrario está cada vez más convertido en un mero lobby del sector cinegético, alejándose del sentir social, donde la práctica de la caza disminuye desde hace años, con una reducción de más de 150.000 licencias entre 2010 y la actualidad, y pierde apoyo entre la población en general, cada día más alejada de la violencia contra los animales.

“Al mismo tiempo”, asegura Ana María Carnero, coportavoz de EQUO Córdoba, “con la excusa del lobo, que está extinto a efectos prácticos en Andalucía, un sector inmovilista del mundo rural se niega a abordar la imprescindible transición que requiere nuestro campo, y que se sintetiza, en pocas palabras, en adaptarse al Cambio Climático que ya está aquí, hacerlo más resistente y capaz de ofrecer más oportunidades a la población que ya está abandonándolo ante las carencias en servicios, empleos y movilidad. Desde EQUO hemos planteado alternativas por un Campo Vivo que pasa por promover la producción ecológica, desarrollando la transformación local y el consumo de cercanía y temporada, entre otras cosas. Igualmente, el eurodiputado de EQUO, Florent Marcellesi, ha presentado recientemente 100 enmiendas a la PAC para convertirla en una política justa y sostenible. El camino contrario al que defiende ASAJA con argumentos falaces. Precisamente, algunas de las comunidades donde hay más cazadores, como Castilla y León, están a la cabeza de la despoblación y el envejecimiento rural, un proceso mucho más complicado que el maniqueo “lobo si, lobo no”.

Por su parte, Salustiano Luque, coportavoz provincial de EQUO, ha hecho hincapié en la abundante legislación comunitaria, estatal y autonómica que protege a especies protegidas como el lobo al sur del Rio Duero. “El lobo no es un capricho de cuatro ecologistas de ciudad, es una parte fundamental para mantener ecosistemas saludables, con una fauna natural equilibrada y sana. Si quienes abogan por el exterminio definitivo del lobo estuvieran dispuestos a aceptar los resultados científicos, verían que el modelo cinegético intensivo que defienden resulta empobrecedor del entorno y no genera bienestar y oportunidades para la población rural. Es de lamentar que ASAJA no esté liderando batallas de real importancia por un mundo rural vivo y saludable, con futuro, como es el abuso de plaguicidas o la creciente implantación de macrogranjas, como ya sucede con graves consecuencias como la contaminación de acuíferos, en provincias cercanas como Ciudad Real o Granada. Igualmente, deberían hacer mucho más por promover la igualdad en el mundo rural entre hombres y mujeres, en lugar de centrarse en el exterminio del lobo, lo que se entiende mejor al ver que el 99,4% de las licencias de caza están a nombre de hombres.”
EQUO Andalucía Verdes presentó el pasado mes de abril sus propuestas para recuperar la presencia del lobo en una reunión con la Consejería de Medio Ambiente, donde defendió convertir la renovada presencia del lobo en oportunidades de empleo y bienestar para las zonas donde habite y poner en marcha formulas que minimicen los daños al ganado.