Haz lo que yo diga, no lo que yo haga

Sara Martínez Ballesteros

Me sorprendía ayer con unas declaraciones del alcalde de Jaén, Javier Márquez, sobre su asistencia, en calidad de vicepresidente de la Red Española de Ciudades por el Clima, a una reunión preparatoria de la Asamblea General de Ciudades por el Clima, que tendrá lugar en octubre en Granollers. Venía a defender el alcalde en buena parte de los medios locales, la importancia de estas reuniones y de la propia Asamblea para obtener resultados satisfactorios en una cuestión tan crucial para nuestro futuro y para nuestro bienestar como es la lucha contra el cambio climático en las ciudades. Estoy absolutamente de acuerdo en ello, puesto que tal y como dice la ONU, son las ciudades las principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero (hasta un 70% de los mismos, mientras que sólo ocupan un 2% del territorio). A esto hay que añadir, en el caso de Jaén, que somos una de las ciudades más vulnerables del sur de Europa a los efectos del cambio climático, y que no comenzar urgentemente un proceso de adaptación a dichos efectos, puede tener unas consecuencias gravísimas sobre nuestra economía y nuestra calidad de vida.

EQUO #CambioClimáticoSin embargo, digo que me sorprendía con las declaraciones porque frente a este discurso “ambientalista” del alcalde, tenemos la tozuda realidad de las políticas que se llevan a cabo en la ciudad de Jaén. En todos los ámbitos con incidencia en la alteración del clima, sin excepción, en nuestra ciudad se han tomado y se toman las peores decisiones posibles, ignorando por completo la amenaza que supone que no demos un giro absoluto a esas políticas. Pensemos en algunas:

– En relación con el planeamiento urbanístico, el flamante nuevo PGOU, en lugar de apostar por un modelo urbano de proximidad y una ciudad compacta y multifuncional, persevera en unos crecimientos injustificables en una ciudad como Jaén, apostando por hacerla aún mas dispersa, más consumidora de recursos energéticos y menos eficiente, y más dependiente del vehículo privado. Por ser concretos, lo que propone es urbanizar una superficie igual a la ya ocupada, mientras perdemos año a año población. Paradójicamente, este PGOU fue y es la principal apuesta política de nuestro alcalde, hasta tal punto que es conocido popularmente como “Plan Márquez”.

– ¿Qué decir de la movilidad? Seguimos a la espera del capítulo final del sainete del tranvía, y creo que no descubro nada si afirmo que tenemos unos de los peores servicios de transporte público de este país. Pero lo peor es que carecemos por completo de un plan de movilidad que aúne políticas de diseño urbano y de integración de modos de transporte, primando los no motorizados, como no puede ser de otra forma en una ciudad del tamaño de la nuestra. Por todo ello, como nos movemos fundamentalmente en coche, ostentamos el dudoso honor de estar en el ránking de las 7 ciudades más contaminadas de España, teniendo apenas 116 mil habitantes y sin industria.

– La realidad sobre la política energética del Ayuntamiento de Jaén, es que no tiene política energética. Ni sabemos lo que gastamos, ni cuánto ni dónde podríamos ahorrar. No se plantea, ni siquiera como idea, cómo hacer una transición hacia el uso de energías renovables que disminuyan nuestra factura como ciudad, siendo este un sector con un alto potencial de generación de empleo como se está demostrando en numerosos países.

– Lejos de estar trabajando en adaptarnos a las altas temperaturas que los modelos climáticos predicen para Jaén incrementando las superficies verdes, padecemos una política arboricida basada en la cultura de la poda y la tala sistemática, que no hace más que menguar nuestra superficie arbolada pues afecta a la salud de los árboles urbanos. Tenemos una superficie de zona verde que supera escasamente los 5 metros cuadrados por persona cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 10 y 15. Numerosos parques y zonas verdes se encuentran abandonados y en mal estado, y el entorno natural y agrícola periurbano ha sido invadido progresivamente por la urbanización ilegal sin que exista un plan para la recuperación de los espacios que aún permacen seminaturales.

Se supone que la Red Española de Ciudades por el Clima está formada por los Gobiernos Locales que están integrando en sus políticas la protección del clima. Que el Ayuntamiento de Jaén forme parte de la Red, y que además, el alcalde de Jaén sea su vicepresidente, a mi personalmente me parece una broma de mal gusto. Me parece que no nos va a quedar más opción, como ya estamos intentando, que articular un movimiento ciudadano que teniendo conciencia del enorme reto que tenemos por delante, se ponga a trabajar en lo que el alcalde dice, pero no hace.

Para concluir, diré que en el mes de enero se aprobó por unanimidad del Pleno una moción de Jaén en Común que establecía un conjunto de medidas para comenzar la lucha contra el cambio climático a nivel local, empezando por lo más obvio: saber cuál es nuestra contribución al mismo y fijándonos objetivos de reducción. No tenemos noticia de que ni una sola de esas medidas se haya puesto en marcha aún, a pesar de que varias no tienen coste alguno, pero no perdemos la esperanza de que el alcalde las presente, si es posible con algunas más, en la Asamblea de Granollers.

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Sara Martínez es miembro de la Comisión Ejecutiva de EQUO Andalucía y concejal en el Ayuntamiento de Jaén por Jaén en Común

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